Los productos de belleza dominicanos trascienden fronteras por su calidad

Los productos de belleza dominicanos trascienden fronteras por su calidad

Ya la dominicana María Jiménez no se preocupa por averiguar quién vendrá de República Dominicana a Nueva York para encargarle su shampoo, acondicionador y laceador para el pelo fabricados en su tierra natal, lo mismo le pasa a Cachi Jiménez, quien ya sabe donde puede ir a comprar su alisado de pelo preferido, en una tienda de Madrid, España.

En tanto, para la panameña María Martín y para la cubana Nelvis Garrión adquirir productos dominicanos para el pelo en sus respectivos países tampoco es tan complicado.

Es que la industria de cosméticos nacional empieza a abrirse paso en los mercados internacionales y sus exportaciones crecen debido a una considerable mejoría en la calidad y presentación de sus productos, por lo que ya los envíos pasaron de frascos enviados en una maleta por encargo a varios contenedores al año, alcanzando alrededor de los US$30 millones.

No solo la diáspora dominicana residente en Estados Unidos y algunos países de Europa están valorando la calidad de los cosméticos, espacialmente productos capilares, que se manufacturan en el país, sino que también en países como Cuba, Panamá, Puerto Rico, Haití, Brasil, San Martín, Bahamas, Islas Vírgenes, Venezuela, Aruba y hasta en África estos empiezan a tener muy buena aceptación.

Dentro de los productos exportados están shampoo, acondicionador, alisados para el pelo, aceites esenciales, maquillajes, urgüentos, colonias, talcos (polvos), queratina, jaleas, gotas de brillo, entre otros.

Se estima que en el país hay unas 230 fábricas o laboratorios de productos de cosméticos, de estas algunas operan todavía en la informalidad, 65 en un clúster y 26 son miembros de la Asociación de Pequeños y Medianos Fabricantes de Cosméticos (Apymefac).

Levantamientos realizados arrojan que el sector emplea a unas 200,000 personas, de forma directa e indirecta.

Clúster. Fue en el 2008 cuando se forma el Clúster de Belleza a raíz de un estudio que hizo la Asociación de Industrias de la República Dominicana (AIRD) en el 2007 para el diseño de una política industrial.

Ese estudio identificó y planteó la necesidad de que para hacer exitosas las industrias tenían que competir en rapidez y flexibilidad. Para lograrlo había que desarrollar el modelo de la asociatividad.

Es así como la AIRD empieza a identificar sectores con potencial para competir y ser exitoso a nivel internacional, siendo uno de ellos la industria de los cosméticos. Se determinó el crecimiento que venían registrando sus exportaciones, que podía constituir un posicionamiento favorable hacia la industria local, lo que significa contribuir al desarrollo de una “Marca País, además de que es una generadora de fuentes de empleo.

Determinado todos esos aspectos, se armó un proyecto piloto, en el que la industria de belleza o cosmética ha ido evolucionando positivamente hasta conquistar mercados internacionales.

Carlos Rodríguez Álvarez, director de Proyectos de la AIRD, destacó que esa institución ha jugado un papel importante en el desarrollo de esa industria, ya que a través del Programa de Innovación Industrial ha sido una herramienta de formación en conocimientos especializados para temas de: acceso a mercados, procesos, calidad, gestión empresarial, entre otros. Esta iniciativa recibe el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Cuando se empezó a formar el clúster fueron identificadas 150 empresas, de éstas 15 grandes y las demás pequeñas y medianas. Hoy 67 forman parte activa del grupo y todas son exportadoras.

Amable Padilla, presidente del Clúster, dijo que la idea de la asociatividad es mejorar continuamente cada uno de los eslabones que intervienen en la industria para que haya beneficios que favorezcan al sector.
Es por ello que se está trabajando no solo con los fabricantes de los productos, sino más allá, por eso se está incorporando como socios a suplidores de materias primas, empaques y etiquetas.

Reto. El tema de la informalidad también afecta la industria de los cosméticos, lo que muchas veces ha dificultado la concreción de importantes negocios a nivel internacional.

Noel Ureña, gerente de Laboratorios MK, empresa que forma parte del clúster, dijo que uno de los retos que tiene la industria por enfrentar es el tema de la informalidad.
Recordó que el mercado natural de las exportaciones dominicanas es Estados Unidos, país que no pone trabas para la venta de productos capilares, por lo que muchas fábricas que operan en la informalidad en el país pueden acceder fácilmente a ese mercado.

Dijo que el problema radica en que muchas veces esas empresas no cumplen con los estándares de calidad necesarios, lo cual perjudica la reputación de los productos elaborados en el país, pero también hacen negociaciones irregulares que afectan la credibilidad de los que sí son formales y cumplen con las reglas.

Citó por ejemplo que empresarios dominicanos que han participado en ferias internacionales no han podido concretar negocios porque se han visto afectados por la falta de cumplimiento que se han hecho empresas que operan en la informalidad.

Resaltó que para ir afrontando esa situación se ha venido trabajando con un “Sello de Garantía de Calidad”, el cual se iguala a una certificación ISO-9001 o cualquier otra norma internacional de calidad.

Dijo que el sello está avalado por la AIRD, Salud Pública, el Centro de Exportación e Inversión de la República Dominicana (CEI-RD), el Instituto de Innovación en Biotecnología e Industria (IIBI) y técnicos especializados.
Resaltó que las pruebas para otorgar el sello se realizan a productos que ya están en las tiendas, lo que evita distorsiones, y eso ofrece una garantía a los distribuidores de los productos y a los consumidores.

De su lado, Isabel Esteban Molinari, vicepresidenta ejecutiva de Halka Industrial, compañía que también forma parte del clúster, dijo que se está trabajando arduamente en la industria de belleza dominicana.

Considera que una de las grandes conquistas de la industria es que hace unos años atrás las exportaciones iban dirigidas a los mercados en donde había grandes concentraciones de dominicanos, sin embargo ya no es así debido a la aceptación por otras nacionalidades.

Destacó que por eso la importancia de trabajar en una “Marca País” de cosméticos dominicanos, porque son reconocidos en varias naciones del mundo por su calidad y funcionalidad, especialmente en razas étnicas parecidas a la dominicana.

Impacto salones de belleza. Según estadísticas, en el país hay 55,000 salones de belleza operados por gran cantidad de microempresarias que generan más de 150,000 empleos, siendo los salones de belleza el 25% de las actividades de las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes) del país.

Esos salones tienen un impacto importante para la industria de cosméticos dominicana, debido a que gracias a esos negocios son comercializados en el mercado local millones en productos capilares.

Las propietarias de estos negocios compran sus productos en tiendas especializadas en ventas (suplay) o establecimientos tradicionales, pero también son visitadas por vendedores de las empresas o laboratorios fabricantes, quienes les ofertan a crédito líneas completas de uso profesional.

La propietaria del salón Chantal, ubicado en el ensanche Kennedy, resalta la aceptación de los productos de belleza de fabricación local entre sus clientas.
Raisa Figueroa expresó que hay muchas marcas de muy buena calidad, lo que le permite usar un buen producto sin tener que incurrir en altos costos para comprar líneas extranjeras.

Pero esto no ocurre solo en los salones de República Dominicana. Ya todos conocen la fama que tienen las peluqueras dominicanas en los Estados Unidos y Europa, y que empieza también en países de Centroamérica, como Panamá. Ellas son las principales promotoras de la calidad de los productos capilares locales.

María Gómez, dueña de Candy Salon, en Fort Lee, New Jersey, da fe y testimonio de que cada día son más aceptados por sus clientas, no solo dominicanas y latinas.

Los aportes del IIBI para mejorar procesos de calidad

El Instituto de Innovación en Biotecnología e Industria (IIBI) juega un papel importante para la industria de cosméticos dominicana. Desde su fundación en el 2005, esa institución viene trabajando arduamente en el desarrollo, investigación e innovación de productos cosméticos.

El IIBI ha desarrollado varias líneas cosméticas para trabajos puntuales de empresas que lo han solicitado.

Una de los más importantes ha sido para una emprendedora de Monte Plata. Esa línea está fabricada a base de aceite de palma africana, está compuesta por shampoo, acondicionador, tratamiento profundo, living, jalea real y gotas de brillo.

También se ha desarrollado para otras empresas o laboratorios y hay cuatro líneas a base de extractos naturales que esperan ser transferidas a empresas interesadas.

Dentro de las ventajas que tiene usar los servicios del IIBI está el que los productos se desarrollan y se cuenta con el análisis de sus laboratorios para saber los parámetros de calidad, que cumplen con normas requeridas micrológicamente y químicamente.

Cuando un producto se desarrolla en el IIBI también lleva lo que es el estudio de vida útil, el cual permite determinar qué tiempo puede durar antes de que se deteriore, en qué tipo de envase debe estar, la temperatura adecuada para su almacenamiento y transportación.

El encargado de ensayos físicos, cromatografía y plaguicidas del IIBI, César Segura, destacó que ese centro sirve de gran apoyo para la industria de cosméticos, debido a que sus certificaciones de laboratorio representan un importante aval para que puedan realizar sus exportaciones sin ningún contratiempo.

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