Los propósitos se alimentan de luz

Los propósitos se alimentan de luz

«El tiempo es un río que me arrebata, pero yo soy el río;

es un tigre que me destroza, pero yo soy el tigre;

es un fuego que me consume, pero yo soy el fuego»

Jorge Luis Borges.

Todo lo que llega a nuestras vidas viene con propósito. Hay un motivo (o varios) para todo lo que estamos experimentando en nuestras vidas. Todo lo que se presenta viene siempre por la misma razón: revelarnos tanta Luz como sea posible, con el fin de ayudarnos a alcanzar la plenitud. Los cabalistas dicen: “La Luz que está disponible hoy, debe usarse hoy”.

Cuando las personas vienen a consulta para que les acompañe a mirar lo que han perdido, suelo ver un común denominador para las mermas sufridas: no han usado la luz que estaba disponible para su mayor bien. Todos hemos perdido cosas, momentos o relaciones importantes; un miembro de la familia a quien nunca le expresamos nuestro amor, una pareja con quien acabamos la relación de una manera amarga, una amistad que se desvaneció sin causas aparentes, un trabajo que una vez tuvimos, o una situación que no vivimos con gratitud.

Lo que realmente perdemos no es una pareja, trabajo o amistad. Perdemos la oportunidad de revelar Luz. No utilizar las bendiciones de “hoy” es la causa de aquello que “perdemos” en nuestras vidas. Los antiguos dicen que la bendición no usada se convierte en maldición. El asunto es que no vemos la muerte como parte de la vida, y vivimos como si no fuéramos a morir nunca, haciéndonos la ilusión de que tenemos una reserva infinita de oportunidades.

Procrastinamos lo que deseamos creyendo que si perdemos una oportunidad, podremos aprovechar una próxima. A todos se nos da una cierta cantidad de tiempo para realizar nuestro trabajo. Hay un dicho maya que reza: “Hay más tiempo que vida”. Cada oportunidad tiene su fecha de caducidad espiritual, pero la mente tratará de convencernos de que tenemos todo el tiempo del mundo, y que nuestro sueño puede esperar un día, una semana o un año más. Sin embargo, a veces no tenemos el chance de recibir otra ocasión para manifestar lo que deseamos.

En ocasiones, la luz está disponible para un momento preciso o una persona precisa, y si los perdemos no hay una segunda oportunidad. Las bendiciones del Creador son nuevas cada día. La Luz que recibimos para usar hoy, no puede almacenarse para ser usada mañana. ¡Las cosas no funcionan así en la dimensión espiritual!El mañana viene con un paquete nuevo de Luz para ser usado. El pan que Dios nos da es siempre fresco.

Actualmente, nuestra principal tarea es aumentar nuestro contenedor de Luz, para recibir mayores bendiciones cada día. Así, podremos aplicar en nuestras vidas el profundo y sabio mensaje de Mateo 25: 29 «Porque a todo el que tiene, más se le dará, y tendrá en abundancia; pero en cuanto al que no tiene, hasta lo que tiene le será quitado». No existen “congeladores” espirituales para guardar la Luz y usarlas recalentadas cuando se nos antoje. Si piensas que has perdido algo, pregúntate: ¿Estas usando apropiadamente tus bendiciones?

 

Publicaciones Relacionadas

Más leídas