La mujer es más dada a cuidar su apariencia que el hombre, por esto es común que sean ellas las que se sometan a dietas alimenticias sin la supervisión médica necesaria, con el objetivo de perder peso, mientras más y más rápido, mejor.

Un alto porcentaje de estas dietas están basadas en la ingesta de frutas con un alto contenido de ácido cítrico: naranjas, limones, toronjas… convirtiéndose a veces en la principal fuente de alimentación de la persona, sin tomar en cuenta que a pesar de que son ricas en vitaminas y muy saludables, mantienen un alto  contenido en ácido cítrico, el cual afecta la salud de los dientes.

Este ácido ocasiona serios y complejos inconvenientes en la salud oral. Al ponerse en contacto de forma repetida y prolongada con el esmalte, cristaliza y remueve el calcio depositado en las estructuras dentarias ocasionando su debilitamiento  y haciéndolo más propenso a la caries dental.

Antiguamente estas frutas eran utilizadas como remedios caseros para blanquear las piezas dentarias, objetivo que se logra por el ataque de ácido que recibe el diente, lo cual trae como consecuencia una sensibilidad generalizada ante el menor estímulo térmico, o ingesta de alimentos agrios. Este episodio es muy común después de haber consumido frutos ácidos: tamarindo, piña, toronja y naranja.

La vitamina C es una excelente fuente de salud oral, especialmente para las encías, disminuye el tiempo de cicatrización y acelera el proceso de recuperación en los pacientes periodontales.

Salud bucal.  En términos de salud oral, los cítricos tienen su parte positiva, ayudan a la salud gingival, pero también su parte negativa, provocando un ataque ácido de la superficie dentaria. El secreto está en la manera y concentración de consumirlos, ya que en cantidades prudentes son ideales en la dieta diaria, siempre combinados con otros alimentos y tratando  de cepillarse la mayor brevedad posible.

Una dieta balanceada para el ser humano no puede estar compuesta solo por frutas ácidas, no es una forma saludable de perder peso, y no solo afecta la salud oral, sino también la salud general.

Es importante recordar los puntos esenciales de una buena salud oral y recalcar que una dieta balanceada juega un papel esencial en la misma. Debemos tener una correcta higiene con el cepillo, hilo dental y enjuague con flúor, además de una dieta balanceada y la visita periódica al dentista.

Existen diferentes alternativas para perder peso. La más natural es una dieta baja en calorías combinada con ejercicios y, lo más probable, la más sana.

Definitivamente la salud oral es un reflejo de la salud general: si presenta hipersensibilidad dentaria consulte un especialista.