Desde que el finado doctor Balaguer dejó de ser la antorcha del triunfo electoral y decidió en 1996 apoyar al doctor Fernández, los reformistas se convirtieron en un elemento bisagra, para inclinarse hacia uno y otro lado, dependiendo cual de los dos partidos mayoritarios tenían la hegemonía de las simpatías populares.

Así, se inclinaban en determinadas ocasiones hacia un PLD triunfante, para luego abandonarlos e irse hacia el PRD, buscando siempre quien les proporcionara más ventajas y mayores disfrutes de los cargos públicos, para mantenerse activos y pujantes económicamente.

En los pasados siete años han estado aferrados a una unidad progresista con el PLD, que les ha permitido a los dirigentes reformistas gozar de amplias y gratificantes ventajas, llevando a cabo un laborantismo político, que ahora, a casi nueve meses de las elecciones parece desmoronarse por el descenso de la popularidad del PLD, que ha perdido sus brillo y encanto, manifestándose de cómo el PRD y su candidato Hipólito Mejía han surgido con fuerzas para enfrentar al PLD y su candidato Danilo Medina.

Entonces, la habilidad de los reformistas en la actual coyuntura es haber percibido cómo una gran mayoría nacional no está de acuerdo con ninguno de los dos partidos mayoritarios, ya que los hechos protagonizados por las huestes del PRD del 2000 al 2004 están vivas en el recuerdo, obligando a muchos a dudar si acudirían a votar en mayo del 2012.

Pero los funcionarios peledeístas han afectado malamente la imagen del PLD como partido gobernante, ya que la exhibición de prepotencia y riquezas han opacado todo lo positivo que se ha realizado en los pasados siete años.

Los reformistas, al darse cuenta del disgusto y desencanto de la población por los dos partidos mayoritarios, consideran que es su oportunidad de resucitar y presentarse como una opción atractiva a la población para oponerse a la incapacidad perredeísta de gobernar y al acaparamiento de riquezas de los peledeístas, que tanto daño le ha ocasionado al liderazgo de ese partido.

Para que el pueblo vuelva a creer en los reformistas, ellos, los funcionarios en el Gobierno de ese partido, deben renunciar de inmediato a sus lucrativas posiciones, dando fe sincera de esa decisión de independencia y no se crea que es una simple pantalla para ver quién ofrece más desde los litorales del PLD, o del PRD en alza en las simpatías populares.

Además, si los reformistas no renuncian motu propio, lo correcto es que el Gobierno proceda de inmediato a reemplazarlos, ya que han disfrutado plenamente de las mieles del poder. Al decidirse el PRSC por transitar sin muletas un camino electoral, es para sacudirse del PLD que está bajeado por sus desaciertos.

Ahora la estrategia del PRSC es pescar en mar revuelto, frente a la incertidumbre del electorado, con dos opciones de partidos con grandes deficiencias morales y de inconductas conocidas por todos y que los cables de WikiLeaks han puesto al descubierto de mala manera.

La decisión del PRSC de acudir solos a las elecciones del 2012 es una señal muy importante para la percepción de la ciudadanía, que al ver que no quieren más juntiña, ni bisagras con el PRD o el PLD, es porque se dan cuenta que la inconformidad hacia los dos partidos es percibida por la ciudadanía.