Los retos de la Semana Santa

Los retos de la Semana Santa

Nueva a vez, como cada año, las tradiciones unidas a la fe coinciden como comportamiento social con las que conceden prioridad a las excursiones y esparcimientos.

A muchos dominicanos, la crucifixión de Jesús al inicio del cristianismo les mueve a conmemoraciones mientras los balnearios se llenan de público en aprovechamiento de un asueto que conlleva riesgos por intensos desplazamientos y concentraciones en centros vacacionales en los que deben primar los comedimientos para que la salud y la vida estén fuera de peligro.

Sin arrojos imprudentes que conduzcan a daños personales y materiales que tienden a elevarse en estas fechas.

Respetar límites en nombre de la convivencia al conducir vehículos de motor o solazarse, es también una forma de aceptar la esencia de los mensajes de amor y paz de las confesiones religiosas que abogan por el bien, la justicia y la protección de la vida humana.

Al hallarse el país en medio de una pandemia de difícil control, que postra y acorrala todavía a la sociedad, son mayores las exigencias de subordinación a las reglas trazadas por la autoridad con fines sanitarios.

Ahora toca vacacionar bajo inevitables restricciones de cuyas violaciones podrían derivarse rebrotes virales que ni las vacunaciones evitarían.

La falta de civismo y de seguimiento a las recomendaciones para evitar contagios harían llegar después dolorosas facturas de efecto colectivo. Asúmase el reto.

Efecto de tolerar las ejecuciones

Los actos segadores de vidas inocentes a manos de agentes policiales, como acaba de ocurrir con una joven pareja de devoción cristiana, tienen el antecedente de que los autores del doble homicidio pertenecen a un marco de operaciones que tolera el letal proceder sumario en nombre de la erradicación del crimen.

Delinquir para que haya menos delincuentes. Atrocidades que tienen empañada la imagen de este país en sus controles del orden público.

Disparar con criminal licencia no es culpa solo de los mandos del cuerpo policial. También lo es del Ministerio Público obligado a proceder en cada caso de esa naturaleza sin reparar en estatus, y menos si se asesina en nombre de la ley. Además la PN responde a un comandante en jefe que debe imprimir a instancias inferiores sentido de respeto al ser humano. ¡Por Dios, que sea ya!

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