Los retos de la UASD

Los retos de la UASD

Las elecciones recién pasadas revelaron algunos indicadores muy severos sobre el estado de la UASD, universidad que, con orgullo, exhibe su primacía.

Primero: demostraron que ya no existe movimiento estudiantil, político y reivindicativo, no existe discurso estudiantil, ni mínimas expresiones de solidaridad hacia otros movimientos estudiantiles en lucha (Egipto, Puerto Rico, Venezuela).  Los intereses corporativos de los estudiantes no tienen defensores a pesar de las condiciones de estudio que violentan la dignidad humana en algunas facultades; al contrario,  en algunos casos, prevalece, en ellos, actitudes de servilismo buscando prebendas.

Segundo: evidenciaron que en el recinto donde se “educa y se piensa”, no hay debate de ideas de sus profesores, solo se  expresaron intereses personales. Muchos se quedaron esperando en vano, pero la radio y la televisión suplantaron los anfiteatros universitarios. Los contenidos de los discursos se refirieron a la gestión de la crisis imperante, nada sobre sus causas, al punto que no se abordó la cuestión del presupuesto y  la violación a la ley por el Gobierno dominicano actual; ninguna reflexión sobre la función de la Universidad, sobre la diseminación de centros universitarios en espacios en vía de despoblación cuando hace años que la UASD debió descentralizarse en el ex Distrito Nacional. La UASD no piensa colectivamente. La UASD vive en carne propia, la crisis de nuestra sociedad; por eso,  no cumple su rol crítico y no lo puede hacer porque no funcionan sus centros de investigación de donde deben surgir debates y soluciones  a los problemas imperantes.  Desde varias gestiones universitarias, la UASD vive replegada sobre ella misma, sin conexión con la sociedad; urge cambiar esa situación, no se vive de fantasmas.

Tercero, en esas elecciones, la UASD evidenció que necesita una verdadera comisión de Ética porque destapó sus vicios permitiendo a todos los aspirantes concursar en una carrera por los votos donde  se evidenció que no todos son aptos ni pueden, son muchos los “Berlusconi” que se deben desmontar a tiempo.

El nuevo Rector necesita condiciones de gobernabilidad pero no en esas condiciones. La UASD debe tener vitalidad, la vida universitaria es fecunda y la juventud que concentra debe estimular el resto del país; por eso, se merece lo mejor. Las nuevas autoridades tienen un reto importante y se confía en ellas: vivificar y revitalizar la UASD, sanearla y aprovechar el  extraordinario potencial que representa para el futuro de la nación.

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