Los retos del gobierno en su segundo año

Los retos del gobierno en su segundo año

RAMÓN NÚÑEZ RAMÍREZ
Luego de un primer año exitoso en materia de políticas macroeconómicas, la administración peledeísta del doctor Leonel Fernández en este segundo año, además de consolidar estos logros en medio de un choque petrolero, deberá encabezar el proceso de reformas económicas e institucionales para ingresar al CAFTA y simultáneamente enfrentar el incremento de la delincuencia para devolver las expectativas de seguridad a las familias.

En menos de un año las autoridades lograron reducir y estabilizar la tasa de cambio, llevar la inflación de dos dígitos altos a menos de 1%, multiplicar por diez las Reservas Internacionales Netas (de acuerdo a la definición del FMI) cumplir con las dos revisiones del programa con el FMI, renegociar la deuda externa y retornar al crecimiento económico a pesar del choque petrolero más grave en toda la historia. El mantenimiento de la estabilidad, en un escenario internacional tan poco propicio, será viable con políticas fiscales y monetarias austeras, como esta administración ha aplicado, y con mayor razón en un momento en el cual el monto de la factura petrolera representa una amenaza a la Balanza de Pagos y a la estabilidad cambiaria.

El déficit cuasi-fiscal ha sido enfrentado con acierto por las autoridades monetarias reduciendo los intereses, extendiendo los períodos de vencimiento e iniciando un novedoso esquema de realización de activos, sin embargo la única vía para desmontar de manera sostenida el stock de certificados, aparte de utilizar una parte del crecimiento normal de la emisión monetaria para cubrir los vencimientos de estos instrumentos, lo constituyen aportes de recursos que sean contemplados en la Ley de Gastos Públicos, para lo cual es imprescindible una reforma fiscal capaz de garantizar los recaudos a ser especializados para amortizar esta deuda interna.

En este segundo año la administración Fernández tiene ante si el reto del ingreso al CAFTA, la responsabilidad de hacerlo en las mejores condiciones para la competitividad de los sectores productivos y para ello deberá asegurarse de aprobar una reforma fiscal integral, acompañada de las modificaciones a leyes y procedimientos que garanticen una ejecución presupuestaria transparente y los mecanismos para vigilar la aplicación estricta y racional de los recursos.

Reforma fiscal y reforma al gasto son insuficientes y el Poder Ejecutivo deberá impulsar otras reformas dirigidas a mejorar la calidad del estado dominicano, a modernizar áreas fundamentales para el libre comercio (aduanas, Industria y Comercio etc.) y de canalizar una mayor cantidad de recursos hacia una educación que nos permita en pocos años disponer de una mano de obra diestra y capaz de afrontar los retos de la adaptación a las nuevas tecnologías.

La lucha contra la delincuencia, el narcotráfico y el crimen organizado, que aparece en la última encuesta Gallup como el segundo tema de mayor preocupación de los consultados, representa otro de los grandes desafíos del gobierno en lo que le resta de mandato. El Presidente, así como el Secretario de Interior y el Procurador General, han percibido la importancia de reducir los niveles delincuenciales y al respecto se han dado pasos firmes como definir el programa de Seguridad Democrática y el inicio de un plan piloto para hacer de Capotillo una barriada segura para los residentes que en su mayoría son ciudadanos trabajadores y honestos, aspirantes a vivir en un medio ambiente de mayor calidad y oportunidades. Completar la reforma policial, mejorar los mecanismos investigativos, disponer de mayores recursos para el patrullaje constituye una de las piezas fundamentales para garantizar la aplicación con éxito del plan de Seguridad Democrática, así como mejorar la infraestructura de comunicaciones viales y deportivas en los barrios mas pobres que se han convertido en una especie de zona libre del narcotráfico y el crimen organizado.

La administración Fernández ha sido exitosa en materia de lograr en menos de un año la estabilidad y recuperar el crecimiento, a pesar del choque petrolero y el programa económico con el FMI, pero superada esa etapa, de la cual el electorado confiaba en su solución y por ello depositó masivamente su voto y esperanzas, es necesario cumpla con las aspiraciones de encabezar un gobierno de profundos cambios estructurales que permita a la nación adaptarse al signo de los tiempos de la globalización, con la finalidad de construir una sociedad próspera, con bajos niveles de corrupción pública y privada, con oportunidades para todos y la garantía de la seguridad individual.

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