Los retos del sector eléctrico

Los retos del sector eléctrico

El gran problema del sector eléctrico del país es la multiplicidad de aristas que tiene y la dificultad de lograr una holgura financiera lo suficientemente estable y fuerte a partir del cobro de la energía servida. La gestión por sacarlo de su letargo hace esfuerzos vigorosos, pero avanza unos pasos y retrocede otros. Este año, la cantidad de energía servida, la facturación y las cobranzas han aumentado en comparación con el año pasado, pero el uso de energía no medida y la evasión del pago continúan siendo serios escollos en la búsqueda de soluciones para este servicio vital. Y persisten las ataduras contractuales del pasado, que obligan a comprar bastante cara la energía que los generadores producen.

El vicepresidente ejecutivo de la CDEEE, Rubén Jiménez Bichara, y otros ejecutivos, ofrecieron una panorámica de la situación del sistema eléctrico y los esfuerzos que se hacen para resolver los problemas que le afectan. Hablaron ampliamente de estos temas en el almuerzo semanal del Grupo de Comunicaciones Corripio. No obstante, brillan algunas luces al final del túnel. El cambio de la matriz de generación es una de ellas, con las plantas a carbón como alternativa más idónea. Esto y continuar el esfuerzo por reducir los déficit de las distribuidoras y las pérdidas técnicas, entre otras iniciativas, colocan al sistema eléctrico ante expectativas que podrían justificar cierto optimismo.

Más recursos para el Infotep

El país está enfrentado a una demanda creciente de técnicos en múltiples disciplinas. Durante más de tres décadas, el Instituto Nacional de Formación Técnico Profesional (Infotep) ha formado en su sede central y recintos regionales a casi cinco millones de estudiantes y técnicos, pero la presión de la demanda de preparación ha desbordado su capacidad financiera y le faltan recursos financieros para poder acoger a todos los aspirantes a elevar sus capacidades.

Hace falta mejorar las disponibilidades financieras del Infotep para que pueda acoger esa creciente demanda de capacitación técnica. El Gobierno y el sector empresarial privado deberían ponderar estas necesidades y actuar para poner a este instituto en condiciones de continuar formando los técnicos que necesita el país. Su buen desempeño en más de treinta años de servicio le hace más que merecedor de este impulso.

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