Los Roberto’s

Los Roberto’s

Creemos que hasta la fecha no ha habido un presidente de la Junta Central Electoral (JCE), más funesto para la población dominicana que el actual presidente de este organismo, que no obstante ser colegiado, lo maneja a su antojo como un pequeño dictadorzuelo, dictando medidas y proponiendo soluciones muy difíciles de lograr.
Con bastante tiempo de anticipación, el presidente de la JCE había ordenado la compra de los scanner reconocedores de las huellas digitales de los votantes. Se habían hecho algunos simulacros que manifestaban la incapacidad del personal entrenado para ello. El día de las elecciones, los digitadores, según el presidente de la JCE, en número de 2000 a 3000 no acudieron a sus puestos de trabajo, lo que motivó un retraso de más de dos horas para iniciar la votación, causando dicho incidente un grave malestar entre los votantes que acudieron a las urnas a las 6 de la mañana como había sido anunciado.
Ante esta anomalía, los presidentes de mesas electorales dieron la orden de iniciar en forma manual la distribución de las boletas A, B y C, relegando los scanner que solo se utilizaron en los lugares que los técnicos asistieron. Estos scanner, según hemos tenido conocimiento costaron 32 millones de dólares, para ser utilizados en un solo día, ya que cuando se almacenen, dentro de cuatro años serán obsoletos y periclitados. Lo lógico hubiese sido, alquilar los mismos a las empresas proveedoras, las cuales tienen el personal y las piezas necesarias para mantenerlas en condiciones óptimas.
Fruto de todas estas fallas, los votantes no han podido confiar en los “boletines” adulterados de la JCE. Hemos notado, cómo a los partidos minoritarios, como no tienen un delegado en cada mesa, les restan votos en posteriores divulgaciones. Los zafarranchos que se han escenificado en las oficinas de las Juntas Municipales han sido tan violentas que hasta ahora se cuentan siete muertos, víctimas de ese desfase del conteo de las urnas.
Si bien es cierto que el número de partidos políticos minoritarios es excesivo, ya que ninguno de ellos obtuvo más de un 1.78%, exceptuando el otrora glorioso del jacho que obtuvo un 5%, lo cual le permitió obtener la alcaldía de Consuelo. Para ellos sí fue un consuelo, ya que estaban al punto de la desaparición como consecuencia de la escisión del PRD.
Como el mandato en el cargo del señor Roberto Rosario termina en este año, suponemos y debe ser, este lúgubre personaje será sustituido por una persona más técnica y menos politizada para que el pueblo siga creyendo en la JCE.
El otrora comediante Roberto Esmérito Salcedo Gavilán, al ser una persona muy popular en los medios televisivos, obtuvo los votos de los sectores populares que son la mayoría. Se mantuvo en el cargo por 14 largos años, pero en esta ocasión, la juventud, y sobre todo las masas pensantes, le dijeron NO a su reelección. En su desesperación, eligió a una no vidente para que los votantes tuviesen conmiseración y lo mantuvieran en el cargo. Grave equívoco, ya que la población lo que pensó fue que la utilizó con fines electoreros.
Con la salida del comediante de la Alcaldía de Santo Domingo, los capitaleños no pasarán por la angustia de toparse con un camión recogedor de basura al mediodía, con unos recogedores indolentes que toman más tiempo en la recogida de los desperdicios motivando la pérdida de tiempo y paciencia de los conductores de los vehículos que debían formar una larga fila y un taponamiento que enfurece hasta a los viandantes.
La juventud y la capacidad se han impuesto, el señor David Collado ha prometido, como se ejecuta en las grandes ciudades recoger la basura en horas de la noche cuando el tránsito es menor y no causan molestia a la ciudadanía. Además, debemos sugerirle suprimir las piscinas frente a Güibia en Semana Santa y el inefable carnaval de la Máximo Gómez que lo único que ocasionan es grupos de mozalbetes borrachos, carteristas y atracadores. Además, el tráfico por el Malecón es interrumpido causando desvíos que en algunos casos bien largos, causando gasto de combustible a los vehículos que circulan por la zona, que se refleja en el bolsillo del propietario.
Un capítulo especial lo constituye lo que el denomina “brillante Navidad”. En esa época navideña, que se supone de regimiento, pasar por la avenida Bolívar, México o Alma Máter en horas de la noche, es una odisea. Si a esto le agregamos, los ruidos ocasionados por el anfiteatro Nurín Sanlley que mantiene en zozobra a los vecinos, el alejamiento de este Gavilán, podría terminar como él se expresaba “fuiquiti fuiquiti”. Qué suerte que salimos de este Roberto, el otro está en ascuas.

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