Los Rodríguez Orejuela se declaran culpables

Los Rodríguez Orejuela se declaran culpables

MIAMI (AP).- Los hermanos colombianos Gilberto y Miguel Rodríguez Orejuela, del cartel de Cali, se declararon ayer culpables de narcotráfico y lavado de dinero ante un tribunal federal de Estados Unidos, luego de obtener un acuerdo para proteger a sus familiares.

Ambos hermanos acordaron además renunciar a millones de dólares obtenidos con el narcotráfico como fundadores del cartel de Cali, cuyo fin fue proclamado en Washington por miembros del gabinete del presidente George W. Bush.

Gilberto Rodríguez Orejuela, de 67 años, y Miguel, de 63, aceptaron su culpabilidad mediante un acuerdo obtenido tras meses de negociaciones con varios organismos estadounidenses.

Un acuerdo separado anunciado en la corte protegerá a seis de los familiares de los hermanos en Colombia de todo encausamiento judicial en las acusaciones de obstrucción de la justicia y lavado de dinero. Los hermanos encaran penas que los recluirían de por vida en Estados Unidos.

Los acuerdos permitirán además a 28 personas ligadas a los hermanos Rodríguez Orejuela retener propiedades y otros bienes no obtenidos con dinero del narcotráfico. A la postre las 28 podrían ser retiradas de la lista estadounidense que congela sus bienes y les impide hacer negocios con entidades estadounidenses.

El cartel de Cali fue el mayor contrabandista de cocaína a Estados Unidos en la década de 1990 tras la desaparición de su rival cartel de Medellín, que se desintegró cuando varios de sus dirigentes fueron detenidos y su líder Pablo Escobar fue muerto en 1993 en un tiroteo con la policía colombiana.

   En Washington, el secretario de Justicia Alberto González confirmó el acuerdo.

   «Es un día de orgullo para el pueblo colombiano’’, dijo compareciendo al lado de los principales funcionarios de la lucha antidrogas de Estados Unidos, en la sede del Departamento de Justicia.

   Julie Myers, subsecretaria de Seguridad Interior, proclamó que «este día marca el fin del cartel de Cali’’.

   Durante décadas, los hermanos Rodríguez Orejuela se hicieron llamar los «capos’’ de la droga, y «hoy tenemos al cartel de Cali en un ataúd’’, dijo a su vez Karen Tandy, directora de la DEA.

   John Walters, de la oficina de coordinación de políticas antidrogas de la Casa Blanca, dijo que el crédito de este anuncio «descansa sobre el presidente Alvaro Uribe’’, de Colombia, quien ha hecho esfuerzos no sólo para atraparlos sino extraditarlos.

   «Nuestra estrategia en Colombia está dando resultados’’, dijo Walters. «La vida es mucho más segura y mejor ahora’’.

   La embajadora colombiana en Estados Unidos, Carolina Barco, leyó una declaración del fiscal colombiano Mario Iguarán, en la cual afirma que «este acuerdo no viola ninguna norma de la constitución colombiana’’ y fue logrado en concordancia con los acuerdos internacionales suscritos por Colombia.

   «Este acuerdo cierra uno de los capítulos más dolorosos de nuestra historia reciente’’, dijo Iguarán.

   Ambos hermanos hablaron brevemente en español en la corte, esposados y con grilletes en los tobillos, aunque vestidos de traje en lugar del uniforme de presidiario.

   Gilberto Rodríguez Orejuela indicó que «he admitido libremente mi responsabilidad’’ y Miguel Rodríguez Orejuela se disculpó por su conducta «ante el público de Estados Unidos y ante todos los individuos con autoridad. Hago esto desde lo más profundo de mi corazón’’.

   «Se sacrificaron por sus familias’’, afirmó el letrado David O. Markus, abogado de Gilberto Rodríguez Orejuela.

   El juez federal Federico Moreno aceptó las declaraciones de culpabilidad y aprobó los acuerdos de las penas forzados entre la fiscalía y los abogados defensores.

   Los hermanos acordaron entregar a la Hacienda de Estados Unidos 2.100 millones de dólares en bienes ligados con el narcotráfico, aunque seguramente ambos amasaron una cantidad muy superior durante la época fuerte del cartel en la década de 1990. Los bienes confiscados figuran en una lista de 11 páginas e incluyen propiedades y empresas de todo el mundo.

   Miguel, alias «El maestro’’, era llamado así por su creatividad para encontrar nuevos métodos de ocultar la droga, mientras que Gilberto era llamado «El ajedrecista’’ por su papel de pensador estratégico del cartel. Sus familias invirtieron en decenas de empresas legítimas de todo el mundo, entre ellas la empresa de farmacias colombianas Drogas La Rebaja.

   William Rodríguez Abadía, hijo de Miguel y sobrino de Gilberto, acordó entregar 300 millones de dólares en bienes dispersos por todo el mundo tras declararse culpable en marzo ante un juez estadounidense y de acordar declarar contra su padre y su tío.

   Ninguno de los dos hermanos tendrá que cooperar en la presente o nuevas investigaciones penales, según el acuerdo entre sus abogados y la fiscalía.

   El cartel de Cali fue otrora responsable del 80% de la cocaína introducida de contrabando en Estados Unidos. Era conocido por sus ingeniosos métodos contrabandistas como la heroína escondida en troncos de madera ahuecados y en cilindros de cloro, incluso en cargamentos de hortalizas congeladas. 

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