Los Roques, paraíso marino

Los Roques, paraíso marino

Son nombres que saben a un amanecer sin lluvia: Chipichipi, Francisquí, Gran Roque, Loquí, Maceta de nube verde, Noroquí o Cayo Iguana, Nube verde, Pirata, Cayo de agua, Farallón Centinela… nombres luminosos de los cayos, habitantes inmóviles del Parque Nacional Archipiélago Los Roques de Venezuela, ubicado frente al Mar Caribe e integrado por unas 50 islas, 200 bancos de arena y numerosos arrecifes coralinos.

La terminación «quí» de la mayoría de los nombres de los islotes y cayos que integran el archipiélago, tiene su razón de ser en el mestizaje singular de los idiomas: el español de los habitantes venezolanos de Los Roques, se fusionó con el holandés o el patuá de las islas cercanas de Curazao, Bonaire y Aruba, sin desestimar el inglés «key» (cayo).

Este intercambio gozoso, en la inmensidad natural del Caribe, favoreció la musicalidad sin estridencias del archipiélago, donde los pescadores le pueden recomendar tomar el sol en «Celisquí» o en «Selesquí o Cayo bobo negro».

LA BELLEZA ES SUBMARINA

El archipiélago de Los Roques tiene una superficie de 221.120 hectáreas en rectángulo y forma parte del arco de islas de las Antillas Menores o islas de Sotavento.

La geografía explica que «el archipiélago roqueño reposa sobre una plataforma rocosa ígneo-metamórfica, levantada desde el fondo marino por poderosos movimientos de la superficie de la tierra durante el periodo Terciario, originando un pilar de rocas en forma de meseta la cual, aunque sumergida, se hallaba relativamente cerca de la superficie del mar».(1)

Hay dos imágenes imborrables en el recuerdo de quien visita Los Roques: la impresión ante el paraíso azul salpicado de cayos –se divisa desde la altura de la avioneta que traslada al turista– o el sobresalto de quien se asoma a su belleza submarina, bien con rudimentarios equipos o los sofisticados complementos del buzo profesional.

Pero incluso, sólo con mirar a la superficie, Los Roques regalan la gama infinita de sus azules, el banco de sus finas arenas y el verde de sus manglares.

El archipiélago venezolano es una tentación para quienes practican buceo deportivo o cualquier otro tipo de actividad vinculada con el mar. Su clima, árido-desértico, tiene una temperatura digna de respeto: 27º C.

Los amantes de la fauna y de la flora deben saber que hay 92 especies de aves migratorias, las cuales proceden de América del Norte y buscan en este Parque Nacional, alimentación y posibilidades de descanso. Entre las más conocidas destacan el petrel garrapatero, el chiparo, el alcatraz, la tijereta de mar o gaviota y los guacos.

El flamenco hace sus nidos en la isla Los Canquises y para garantizar su tranquilidad sólo se permite observarlo a una distancia de 700 metros.

De la fauna marina, citar las familias de delfines, que pueden ir en grupos de 4 o 100. Incluso se han llegado a observar ballenas negras y hay una rica diversidad de peces: hasta 307 especies.

La langosta que se captura en la zona es famosa por un dato singular: el 94% de su consumo en la tierra firme venezolana, procede del archipiélago (2).

La flora es exótica: predomina el mangle en sus variedades de rojo, negro y blanco, refugio de la fauna de Los Roques. Otras especies propias de suelos desérticos como las tunas, la hierba de vidrio o el cadillo bobo, habitan el impresionante paisaje.

En el pueblo del Gran Roque, en el cual funciona la pista aérea donde aterrizan las avionetas con los turistas que optan por este sistema para llegar al Parque, hay uveros y trinitarias.

CON DIGNIDAD DE PARQUE NACIONAL

El profesor venezolano Francisco Tamayo no nació cerca del mar. El suyo es un origen vinculado a Sarare, una pequeña población del estado centro-occidental de Lara (Venezuela), que tiene en común con Los Roques la aridez de su paisaje.

Pero Tamayo fue un investigador de peso y trayectoria, a quien el gobierno de su país, en 1970, le encarga el estudio de factibilidad para convertir al archipiélago Los Roques en un parque nacional.

La respuesta será favorable y dos años después, en 1972, se firma el decreto, el cual creó el parque nacional, atendiendo a criterios como la singularidad del ecosistema, la fragilidad y el valor de sus recursos naturales. (3)

Esta nueva categoría permitió dividir el parque en varias zonas: de protección integral; primitiva marina; de ambiente natural y de recreación.

Al de protección integral no se permite el acceso del público, en tanto son áreas donde anidan las especies.

En la primitiva marina sí se pued e practicar el submarinismo, la pesca deportiva y la navegación, pero con previa autorización y en grupos no mayores de 45 personas.

Las de ambiente natural y recreación están destinadas a actividades pasivas y de navegación, siempre respetando las reglas de un parque natural.

LA AVENTURA DE CONOCER

La belleza y las posibilidades turísticas del archipiélago de Los Roques han permitido diversificar las opciones a gusto de quien elige el descanso o la emoción de la aventura.

Lo más recomendable es hablar con su operador de turismo y estudiar los infinitos paquetes al alcance de la imaginación. Por aire, hay vuelos regulares charter desde Maiquetía (estado Vargas, a 45 minutos de la ciudad de Caracas), Isla de Margarita o la ciudad de Maracaibo. También existe la posibilidad del acceso marítimo, en embarcaciones privadas o alquiladas.

La mayoría de las posadas están situadas en el Gran Roque y exhiben diferentes categorías: algunas son casas antiguas rehabilitadas por los pescadores; otras de estilos modernos, cumpliendo la máxima «en la variedad está el gusto».

Lo cierto es que el turista de Los Roques acude en búsqueda de un paisaje paradisíaco y de aventura, por lo cual no hacen falta las galas ni los apuros de la ciudad.

Poco equipaje y ganas inmensas de conocer –siempre respetando la naturaleza– son condiciones suficientes para volar al Caribe venezolano y descubrir que el paraíso huele a mar. EFE Reportajes

CURIOSIDADES

– En la isla Gran Roque, la mayor de todo el archipiélago, permanecieron varios días los restos del Libertador Simón Bolívar. Ocurrió en el año 1842, cuando su cuerpo fue repatriado desde Santa Marta (Colombia) a Caracas, la capital de Venezuela. (4)

– Los Roques formaron en 1871 el denominado «Territorio Federal Colón», creado por quien fuera presidente de Venezuela, el general Antonio Guzmán Blanco.

Es hacia comienzos del siglo XX cuando el archipiélago comienza a poblarse de pescadores en busca de aventura y de los regalos de una naturaleza generosa. A partir del establecimiento de familias venezolanas, los holandeses de Bonaire y Curazao se alejan de la zona.

– En 1990 fue creada la Autoridad única de área, especie de gobierno del archipiélago y con la tarea de coordinar a los diversos organismos que se ocupan del parque.

– Para ingresar al Parque Nacional es necesario pagar una tarifa. Los niños entre 4 y 12 años pagan sólo el 50% y los menores de 4 años entran gratis.

En la web puede conocer información valiosa. Visite las páginas:

www.losroquesparadise.com

www.venezuelatuya.com

www.losroques.gov.ve

Fuentes: (1) Manual de interpretación y educación ambiental para guías turísticos del Parque Nacional Archipiélago Los Roques. Caracas. Jorge Gutic Editor, PDVSA, junio de 1996.

(2) Estados de Venezuela, Dependencias Federales, ediciones del Banco Mercantil, año 2001.

(3) Información general del archipiélago Los Roques. Los Roques: coordinación del Parque Nacional, enero del 2001

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