Los santeros de Bonao

Los santeros de Bonao

POR AMABLE LOPEZ MELENDEZ 
Desde el simbolismo místico del pez en las catacumbas, desde el dorado Icono bizantino-ortodoxo que es “encarnación” de Dios o “imagen de la imagen primaria”, hasta las representaciones rituales y populares de los santos de palo del catolicismo, el arte sacro cristiano nació también para el culto y la devoción.

En algunos países latinoamericanos, tales como México, Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela, los santos de palos constituyen objetos y obras de arte heredados del proceso colonizador español que jugaron un papel sumamente importante en la evangelización de diversos pueblos indígenas.

En Sudamérica, al igual que en las islas de Cuba, Puerto Rico y Santo Domingo, donde se desarrollarían culturas y sociedades complejas y plurales, los santos de palo, en tanto objetos culturales, cumplen una función simultánea como expresión de fe o religiosidad popular (función mediadora); de memoria e idiosincrasia (identidad nacional y misión espiritual), como portadores del mensaje de la belleza artística y como centros de atracción e información cultural.

Luís Córdova, coordinador de exposiciones de la Casa de Arte de Santiago, observa que la práctica de la talla de santos de palo en la isla de Santo Domingo registra su mayor auge entre finales del siglo XlX y la primera mitad del XX. “Esta herencia religiosa se aposentó principalmente en hogares de familias campesinas de origen español marcadas por la devoción y la adherencia al catolicismo. La difusión y el impacto que lograron estas piezas fue tal que, según describe el historiador Carlos Dobal, algunas iglesias se oponían a bendecir imágenes que no fueran realizadas en madera, por entender que las de yeso y otros materiales no poseían una directa sacralidad con la naturaleza” (1).

“Los Santeros, como fueron denominados los que se dedicaban a este oficio, se mantenían, durante el proceso de elaboración, en abstinencia carnal y rezando oraciones especiales para la ocasión, luego de consagrarse al Santo_El Dr. Dobal, en su ensayo “Santos y Santeros Dominicanos”, identifica nombres de estos artesanos para así determinar las zonas donde existió una real tradición de esta manifestación: Jaibón, Ceiba de Madera, San Francisco de Macorís, el Jobo y Bonao” (2).

“Precisamente, un grupo de artistas visuales de esta última comunidad, ha replanteado el tema desde una particular visión de las leyendas del catolicismo popular dominicano. Aquí los santos no tienen el fin de ser colocados en altares hogareños, como sucedía en principio. Aquí las piezas de Mauricio Brito, Benito Cuevas, Orlando Morillo, Martin López, Anselmo Vásquez y Pedro Méndez, van a otros espacios. Estas piezas provienen del altar interior de cada uno, reinterpretando, simulando la sacralidad, acaso como un reflejo de la fe que necesita cada uno para existir” (3).

En efecto, Luis Cordoba se refiere al “Grupo de Santos de Palo de Bonao”, gestado desde mediados de los 90 por los escultores Pedro Méndez, Benito Cuevas y Martín López, quienes en el 2004 presentaron su exposición “Santos de Palos de Bonao” en la Casa de Arte de Santiago. Y desde ese momento deciden constituirse en un colectivo artístico que se propone el rescate y difusión de la talla de santos de palo tradicionales en la República Dominicana.

Este grupo de creadores posee talento natural, formación artística, imaginación , sensibilidad y actitud investigativa, entre otras características comunes. La mayoría oscila entre los 30 y los 45 años de edad. Martín López es graduado de profesor de artes plásticas en la Escuela de Bellas Artes de la Plaza de la Cultura de Bonao. Escultor y tallador de la madera. Es devoto de San Francisco de Asís. Mauricio Brito es profesor de artes plásticas en la Escuela de Bellas Artes de la Plaza de la Cultura de Bonao. Es ceramista y tallador en madera. Investiga las órdenes y las tradiciones del pasado. Desde la niñez practica la talla de Santos de Palo.

 Benito Cuevas es profesor de escultura en la Escuela de Arte de las Fuerza Aérea Dominicana. Graduado de profesor de artes plásticas en la Escuela de Bellas Artes de la Plaza de la Cultura de Bonao. Practica la talla en madera, además de trabajar el barro, el cemento y el bronce. Orlando Morillo es ganadero. En su tiempo libre se dedica a la talla de Santos de palo y a la confección de muebles y objetos de madera. Anselmo Vasquez es graduado de profesor de artes plásticas en la Escuela de Bellas Artes de la Plaza de la Cultura de Bonao. Durante su etapa de estudiante le decían “el barrólogo” por su destreza en el modelado de figuras en arcilla y terracota. Actualmente estudia Publicidad en la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Pedro Méndez es el profesor y animador de todos ellos. Ha realizado numerosas exposiciones individuales y colectivas, tanto en el país como en el extranjero y está considerado como uno de los principales exponentes de la escultura dominicana de la actualidad.

Así, luego de más de dos años de intensa actividad y desde el 17 hasta el 29 del pasado mes de enero, dicho grupo ha presentado su cuarta exposición en el Museo del Hombre Dominicano. La acogida de esta muestra en el MHD fue resultado de su destacada participación en la Primera Feria Regional del Libro, organizada por la Secretaría de Estado de Cultura en la ciudad de Santiago de los Caballeros (2005). Precisamente, desde el pasado jueves 2 de febrero, el colectivo artístico está presentando su Quinta exposición colectiva en el Casino del Yuna de la ciudad de Bonao. Esta muestra es organizada por el Comité Organizador del Carnaval de Bonao (COCABO) y cuenta con el auspicio de la Secretaría de Estado de Cultura.

“A raíz de nuestra participación en la Primera Feria Regional del Libro en Santiago, Dagoberto Tejeda nos motivó a seguir el trabajo y nos dijo que fuéramos al Museo del Hombre Dominicano. Visitamos al director, Carlos Hernández, nos recibió y quedamos sorprendidos por el interés de la gente, de los coleccionistas, de los conocedores del tema y por el impacto de la exposición”. Pedro Méndez subraya también la presencia del grupo en la Primera Feria Artesanal celebrada en el Parque Colón por la SEC durante los días 16 y 17 de diciembre del 2005. En esta ocasión, una virgen María de Mauricio Brito obtuvo el Primer Premio a la mejor pieza del evento por representar excepcionalmente la autenticidad dominicana.

Pedro Méndez sostiene que una de las fuentes más importantes de inspiración para el trabajo colectivo está en las investigaciones realizadas por el Dr. Carlos Dobal en su libro “Santos de Palo y Santeros Dominicanos”, publicado por la PUCMM en 1973. Estudiando este documento dieron con el mapa en que el Dr. Dobal señala específicamente a Las Yayas (San Juán de la Maguana), Moca, Canca la Piedra, San Víctor, Tamboril, Puñal, Santiago Rodríguez, la Vega (Yabanal) y Rincón de Yuboa en Bonao, como lugares donde se han encontrado importantes manifestaciones de esta practica artesanal y religiosa.

“En Bonao nos enteramos de la existencia de la Sra. Enedina Inoa (Doña Mamina) que falleció en 1987. Hablamos con sus hijos y nos dijeron que ella no hizo muchas piezas, que sólo las hacía en ocasiones especiales. En la Iglesia del Callejón de los Placencia hay una pieza de ella. Sus hijos conservan una Virgen María. También nos dijeron que el maestro Cándido Bido había conocido a Doña Mamina, que le había encargado dos piezas y que él intentó regalarle algunos instrumentos, pero ella los rechazó diciéndole que no era ella quien dirigía el machete. Que ella sólo se dejaba llevar. Por lo que sabemos, ella tenía una técnica bastante rústica, bastante simple o natural y su único instrumento era un machetico. Ella usaba pigmentos para los colores de las túnicas. Porque cada santo tiene su túnica, su vestimenta y su color determinado. Nosotros también usamos pigmentos y desde principios usábamos el roble, sin darnos cuenta de que era una madera sacra, como luego nos enteramos en el libro del Dr. Dobal”.

 El destacado escultor nacido en Azua y ahora consagrado maestro y santero de Bonao sostiene que: “También otros conocedores del arte y la artesanía dominicana como Danilo de los Santos, Mirna Guerrero, Mildred Canahuate, Cándido Bidó, el Dr. Fernando Pérez Memén, Manuel García Arévalo, Patricia Read, Bárbara Bosch y José Ferrary nos han motivado a seguir realizando el trabajo. Ellos nos han hablado de la importancia de rescatar esa tradición que se estaba perdiendo. Y nosotros estamos sorprendidos de la cantidad de gente que ha venido coleccionando Santos de Palos”.

Apoyemos, pues, esta loable labor de rescate de tan fascinante tradición que viene desarrollando el Grupo de Santos de Palos de Bonao en su intento por conservar no sólo su materialidad o su estética cargada de sugestividad, sino también su testimonio válido y significativo en tanto forma de comunicación artística con su mensaje de fe, así como su sentido original y profundamente auténtico. Esta búsqueda de los santeros de Bonao es todavía más necesaria si queremos establecer un diálogo real con las fuentes memorables de la existencia y un vehículo de comunicación efectiva entre pasado, presente y futuro.

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