LONDRES, AFP- Desde la confección ultrasecreta del modelo que lució en su cita con James Bond en la inauguración de Londres 2012 hasta los pesos que le colocan en los dobladillos de las faldas para evitarle vuelos inoportunos, un libro revela algunos secretos del armario de la reina Isabel II.
En Dressing the Queen, que salió a la venta este lunes, la diseñadora personal de la soberana desde 2002, Angela Kelly, cuenta en primera persona algunos de los detalles del estilo meticulosamente cuidado de la que sigue siendo, con 86 años, una de las mujeres más fotografiadas del mundo.
Kelly explica que trabajó durante varios meses, en estrecha colaboración con el director Danny Boyle, para crear el famoso vestido de encaje y cuentas de cristal de color melocotón que lució la reina en agosto en la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos.
La diseñadora confiesa que ni siguiera los otros diseñadores del palacio sabían por qué estaban haciendo dos versiones del mismo vestido, uno para la verdadera monarca y el otro para el doble que rodó la escena en la que Isabel II se tiraba en paracaídas sobre el estadio desde un helicóptero. Kelly reveló que otra elección fundamental fue la del color del traje, que tenía que destacar durante el descenso nocturno de la reina en paracaídas y no poderse asociar con ningún país participante en particular.
Pero el equipo de modistos de la reina está acostumbrado a pensar en todo tipo de detalles en función de sus compromisos, como demuestran los dos años de trabajo que pusieron para crear su vestuario para el 60º aniversario de su entronización, marcado este año por múltiples actos. Para el clímax de las celebraciones, la majestuosa procesión fluvial que la reina encabezó a principios de junio bajo una intensa lluvia y frío, Kelly creó un vestido con abrigo a tono inspirado en su antepasada Isabel I, que tuvo la feliz idea de acompañar de una pashmina.
Nunca pensamos que el tiempo sería tan malo, pero estoy contenta de que le diéramos un poco de protección de la lluvia y el viento, escribió en su libro. Entre otros detalles, Angela Kelly descubre también que la soberana no lleva sombrero a partir de las seis de la tarde y que a veces pide que le coloquen pesos dentro de los dobladillos de sus faldas. La reina lleva a cabo un amplio abanico de compromisos, muchos de los cuales son al aire libre, donde una inesperada brisa puede resultar embarazosa, señala en este libro.