Los seis días que cambiaron Medio Oriente

Los seis días que cambiaron Medio Oriente

POR GRACIELA AZCÁRATE
“La guerra cambió dramáticamente el paisaje de Medio Oriente, de una forma que sólo se hizo evidente gradualmente.

El 5 de junio los israelíes temían que lo iban a perder todo.

El 10, habían conquistado hasta lo más soñado”.

“La gran victoria de Israel, en 1967, inició el elemento esencial del problema palestino-israelí  hasta nuestros días, cifrado en la situación de los territorios ocupados de Gaza, Cisjordania y la parte árabe de la ciudad de Jerusalén”.

Estaba recién llegada al país cuando Tony Capellán, en el local de Contagio me presentó a Chiqui Vicioso que estaba de regreso en el país. Nunca voy a olvidar esa tarde porque Chiqui me leyó la palma de la mano y dijo  que algo terrible había sacudido mi vida, algo había quedado trunco para siempre y la había partido por el medio de forma irrevocable y definitiva.

Me quedé callada pero la muerte de mi padre apareció en toda su magnitud como aquel golpe inexorable del destino que dividió mi vida en un antes y un después.

Y ahora cuando leo las crónicas de la “catástrofe” del pueblo palestino y de la aterradora “ guerra de los seis días”que se libró  desde el 5 hasta  el 10 de junio de 1967, recuerdo que en ese ámbito de desastre y tragedia viví la enfermedad y muerte de mi padre.

El 5 de junio de 1967, sufrió un infarto en la provincia de la Pampa  mientras vendía herramientas y molinos de viento en las estancias de la provincia.

Regresó solo y enfermo manejando sin pausa más de 1200 kilometros.

Cierro los ojos y recuerdo a mi padre convalesciente, en bata, paseando por la casa seguido de los perros y mirando por televisión el ataque fulminante del  ejercito israelí y la destrucción del ejército egipcio.

Me recuerdo haciendo gimnasia y abdominales frente al televisor para no perderme los detalles  de las crónicas de una guerra que desató la tragedia en Oriente Medio, de terribles consecuencias y de problemas aún no resuelto

Como la “catástrofe” que se abatió sobre  el pueblo palestino, papá no sobrevivió al infarto y unos meses más tarde contra el pronóstico de recuperación,  después de ver el noticiero de la noche me hizo algunos comentarios de lo que pensaba de los israelíes y palestinos, se despidió con un cariño, se fue a dormir y se quedó muerto.

Y mi vida se quedó trunca como esa lectura que hizo Chiqui, ese algo que se rompió de manera terminante, de lo que no me recupero y aún hoy día, como el pueblo palestino sigo llorando las consecuencias de ese hecho irreversible.

Con el mismo nudo en la garganta, agarrotada por el llanto, con el mismo desconsuelo y  perplejidad y con la misma pena de hace cuarenta años.

Es verdad que hay diferencias entre el acontecer público y la vida privada de los seres humanos pero muchas veces en ese ámbito de lo privado lo colectivo resuena con la magnitud de la apocalípsis que lo tiñe para siempre con el matiz de la tragedia.

El conflicto árabe-israelí

Desde el 5 de junio hasta el 10 de junio de 1967, el ejército israelí avanzó de manera inexorable y aplicó una estrategia largamente madurada que le sirvió para ocupar  la Franja de Gaza, la península del Sinaí de Egipto, Cisjordania (incluyendo Jerusalén este) Jordania y los Altos del Golán de Siria.

Los países que participaron de esa corta pero apocalíptica guerra fueron Israel, Egipto, Siria, Jordania e Iraq. Los comandantes del ejercito israelí eran Yitzhak Rabin, Moshe Dayan,Uzi Narkis, Israel Tal, Mordejai Hod, Ariel Sharon  y del lado árabe Abdel Hakim Amer, Abdul Munim Riad, Zaid ibn Shaker, Hafez al-Asad.

Los ejércitos eran tan numerosos que conformaron una tropa de dimensiones bíblicas.

Los israelíes tenían 50.000 soldados activos  e incluyeron 264.000 reservistas movilizados además de  197 aviones de guerra.

En el bando contrario tenían 280.000 soldados.

Egipto aportó 150.000; Siria 75.000 y  Jordania 55.000 con 812 aviones de guerra.

Las víctimas ascendieron a 2563 heridos y 15 prisioneros del bando israelí; para los contrarios  las cifras oficiales estiman en alrededor de 21.000 muertos, 45.000 heridos, 6000 prisioneros y más de 400 aviones destruidos.

De las guerras del siglo XX, la Guerra de los Seis Días es una más de las guerras libradas entre Israel y los árabes, después de la creación del Estado de Israel en 1947, en lo que fue el territorio de la Palestina del Mandato británico.

Esos seis días de 1967, han sido determinantes para la historia que ha devenido en estos últimos cuarenta años y resultaron claves en la geopolítica de la región.

Sus consecuencias han sido profundas, extensas y han determinado la marcha de acontecimientos como la Guerra de Desgaste, la Guerra de Yom Kipur, la masacre de Múnich, la polémica sobre los asentamientos judíos, el estatus de Jerusalén, los acuerdos de Camp David, Oslo, las dos  Intifadas y  la guerra del Líbano.

El detonante de tan largo e irresuelto conflicto se remonta a 1947, cuando la Organización de las Naciones Unidas estableció un plan para la división del Mandato Británico de Palestina en dos Estados, uno judío y otro árabe y dejó Jerusalén y Belén bajo control internacional.

Los países árabes y los líderes de la comunidad árabe palestina rechazaron el plan y atacaron al recién creado Estado de Israel el mismo día de su proclamación.

Esa  fue la Guerra árabe-israelí de 1948, que dio la victoria a los judíos, su independencia definitiva y la ampliación del territorio de Israel.

Egipto aprovechó para apropiarse la Franja de Gaza y Transjordania ocupó Cisjordania y parte de Jerusalén rebautizando el país con el nombre de Jordania.

Consecuencias de la guerra

Israel dio por finalizada la Guerra de los Seis Días y aumentó su territorio con la incorporación de los Altos del Golán, Cisjordania que incluia Jerusalén Oriental, la Franja de Gaza y la península del Sinaí. Despues de veinte años de vivir a la defensiva, por primera vez Israel obtuvo profundidad territorial, dio un vuelco geoestratégico y entonces fueron las capitales árabes de Ammán, Damasco y El Cairo las que quedaron desprotegidas y  al alcance de cualquier incursión rápida.

Con la expansión territorial y el “colchón” defensivo Israel les demostró a sus vecinos árabes su capacidad para defenderse militarmente y la voluntad para usar dicha capacidad.

Sin embargo, a pesar de la euforia inicial y el entusiasmo colectivo y espiritual por el reencuentro con el Muro Occidental, la situación envenenó aún más el conflicto árabe-israelí.

“No fuimos a la guerra para conquistar tierras”, dice hoy el general retirado Yeshaiahu Gavish, en aquel entonces, jefe del comando sur del ejército israelí.

“La orden era clara: destruir al ejército egipcio, que amenazaba nuestra existencia.”

(…)”Ganamos porque no teníamos alternativa. No podíamos permitirnos perder”

Es posible  que con esa gran victoria militar, Israel salvara su existencia.

Pero, al mismo tiempo ante la magnitud de aquella victoria, el triunfalismo y una cuota nada desdeñable  de fanatismo religioso han creado los problemas actuales israelíes  y la gran tragedia del pueblo palestino.

En los territorios conquistados que iban a ser utilizados como moneda de cambio para lograr una paz duradera, Israel se convirtió en una  fuerza de ocupación.

Hizo de la población ancestral palestina una masa hostil, perseguida, exiliada, torturada y cercada en una especie de  “apartheid”  que estimuló el nacionalismo palestino y creó las condiciones de violencia, violación y desastre que toda la población palestina vive en la actualidad.

La ocupación de los  territorios habitados mayormente por palestinos, la construcción de los asentamientos de colonos, la construcción del muro de la verguenza, las fronteras internas y puestos de control al más puro estilo de batustán sudafricano, el control del agua, la demolición de pueblos y ciudades enteras y la política de empujar al exilio a los palestinos ha colocado esta bomba de tiempo en lo que hoy día  es el estado “racista” de  Israel  y  la Autoridad  Palestina.

Lo que para los sectores religiosos en Israel fue la “liberación” de las tierras mencionadas en la Biblia como la cuna misma del judaísmo puesto que Judea y Samaria, en términos bíblicos se refieren  a Cisjordania, para los palestinos fue el comienzo de cuatro décadas de ocupación.

Se calcula que actualmente hay más de ocho millones de refugiados y desplazados palestinos diseminados por el mundo.

Según datos de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos en Oriente Próximo (UNRWA), en 2004, habían más de cuatro millones de refugiados, registrados en su “área de operación” (Cisjordania, Gaza, Jordania, Siria y Líbano).

“Para muchos palestinos el tiempo no ha podido borrar esta experiencia tan lamentable de la agresión sionista apoyada por Estados Unidos, especialmente para los que viven en los campamentos de refugiados.

Sus casas y sus tierras usurpadas por el estado judío no han sido borradas del imaginario palestino”, dijo Fares el Fayes, académico de la Universidad de Jordania.

Fuentes:

Michael B. Oren, La guerra de los seis días, Barcelona, Editorial Ariel, 2003.

http://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_de_los_Seis_D%C3%ADas

Beris, Jana en La Nación

Search www.historiasiglo20.org .2003 Juan Carlos Ocaña

Karim Hauser BBC Mundo, El Cairo

http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/specials/2007/guerra_seis_dias/newsid_6709000/6709449.stm

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