Los Siete Pecados Capitales del Leonelismo

Los Siete Pecados Capitales del Leonelismo

TIRSO MEJIA-RICART
Conocí a Leonel Fernández Reyna en el año 1992. Fue autor de un libro que denunciaba las “travesuras” del gobierno de Balaguer, que en su afán reeleccionista auspició un “fraude colosal” que le arrebató el triunfo a Juan Bosch en las elecciones de 1990.

Fue secretario de los peledeístas en  la comisión bipartidista que a propuesta del PLD se formó con el PRD, que funcionó en mi casa, para denunciar el fraude que preparaba el balaguerismo para 1994.

La campaña logró que el gobierno dejara al descubierto su plan, lo que permitió evidenciar el fraude y forzar una reforma constitucional que redujo el nuevo  período a dos años, la no reelección presidencial y el establecimiento de los colegios cerrados para evitar la doble votación. La actuación discreta de Leonel con el PRD y el PRSC le valió simpatías para las elecciones primarias de su partido en  1995, y el apoyo de Balaguer para la segunda vuelta del 1996, pero como Presidente de entonces produjo gran frustración en el pueblo dominicano y el auge y triunfo del PRD, que solo la división de nuestro partido por el reeleccionismo, la devaluación que produjo la quiebra de los bancos y una campaña negativa mal defendida, produjeron el milagro de su resurrección en 2004.

Transcurridos cuatro años de esta administración, puede pasarse un balance de lo que ésta ha sido y lo que sería para este país si se produjera  la reelección presidencial, señalando sus siete pecados capitales, que son:

1. La mentira y la simulación. Como políticas de Estado. Todo lo ha dicho y ofrecido y nada ha cumplido. No reelección, Asamblea Constituyente, disminución de los poderes del Presidente, el progreso, proyectos de desarrollo, combate a la corrupción, reducción de la pobreza, apoyo a la Educación, la Salud y la Seguridad Social, reducción de la deuda externa, etc. Todo lo ha burlado durante su mandato.

2. Despotismo e irrespeto institucional. El Congreso Nacional, la Justicia, los Ayuntamientos, la Cámara de Cuentas, los procesos electorales, los partidos políticos. Nada ha escapado al afán de poder y el despotismo, que es solo una muestra de lo que haría en el país en caso de que fuera reelegido.

3. Corrupción e inmoralidad públicas. A la corrupción descarada en las inversiones del gobierno, se añade la compra de periodistas y dirigentes de todos los partidos, el uso desenfrenado de los recursos del Estado, enriquecimiento ilícito de sus funcionarios y allegados, la prostitución de los programas sociales y uso indiscriminado de los órganos de prensa, radio y televisión, que controla el gobierno.

4. Ruina y miseria generalizadas. En una atmósfera de derroche de recursos del Estado para la promoción personal del Presidente, el país vive una situación de miseria generalizada y deterioro económico, que anuncian un retroceso sin precedentes en la historia dominicana, que solo parecen ignorar los dirigentes del partido de gobierno y algunos miembros de la oligarquía que son beneficiarios de la situación actual.

5. La Inseguridad y la delincuencia impunes. La ciudadanía está a merced de una delincuencia y que llega a las vías públicas y los hogares, en medio de la indiferencia y el cohecho de las autoridades, que amenaza con destruir el débil estado de derecho del país.

6. Ineficiencia y burocratización del Estado. El  gobierno, con la sola excepción de sus agencias recaudadoras, ha perdido totalmente el control de sus organismos, al punto de que las emergencias nacionales han desembocado en tragedias colectivas, por su manejo displicente y prepotente.

7. La inmoralidad pública y el cinismo, con que se manejan los asuntos de Estado, hace pensar en la inminencia de una crisis irreversible de las instituciones nacionales, de imprevisibles consecuencias. Pero el tribunal de la historia le tomará cuentas a Leonel el próximo 16 de mayo.

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