Los socios de Naco respaldaron la institucionalidad

Los socios de Naco respaldaron la institucionalidad

En la madrugada del día 30 los socios y socias del Club Deportivo Naco, que acudieron masivamente a depositar su voto por una de las planchas de las doble A, respaldaron mayoritariamente a la que les aseguraba modernidad, institucionalidad y tranquilidad encabezada por el señor Antonio Alma.

Los socios entendieron y aquilataron la tremenda labor llevada a cabo por el señor Alma y sus demás compañeros de la plancha Institucionalidad y Progreso, que en poco más de dos años han realizado transformaciones en dos de las tres sedes del club por un monto superior a los 70 millones de pesos, para rescatar las instalaciones físicas de esas sedes de su deterioro y falta de mantenimiento que estaban padeciendo durante los primeros diez años del siglo XXI.

La mayoría de la membresía naqueña, que respaldó la plancha #2 de Institucionalidad y Progreso, le dio las espaldas a la oferta demagógica de la plancha #1 donde prometía reducir las cuotas mensuales del club. Las cuotas actuales resultan razonables frente al alza del costo de la vida y sostener en condiciones óptimas las instalaciones del club, así como los servicios que se ofrecen en especial en el suministro de alimentos de calidad a precios razonables que no se comparan a los de otros restaurantes de la capital de calidad similar a los del club Naco.

La campaña electoral duró un mes durante el cual los integrantes de la plancha #2 se vieron sometidos al fuego de las difamaciones y calumnias por parte de los activistas más aguerridos de la plancha #1, que al saberse prematuramente derrotados, recurrieron a acusaciones tremendistas de actos de corrupción y de malversación de fondos del club en las obras ejecutadas y con valores sobrevaluados así como suministro de mercancías y alimentos con precios inflados por parte de miembros de la plancha #2 y haciéndolo llegar en pasquines a los socios, con los que se intentó formar una falsa imagen de hombres y mujeres reconocidas en la sociedad dominicana a través de su vida por la trayectoria de seriedad con la que se han desempeñado en sus diversas funciones privadas o públicas.

Los socios se dieron cuenta prontamente de la falsedad de las acusaciones, y con el voto depositado el pasado día 29 a favor de la plancha #2, le dieron las espaldas a la plancha #1 que erró en su estilo de campaña de calumnias.

Fue lamentable que los estrategas de la plancha, encabezada por el señor Alejandro Asmar, elaboraran su oferta de campaña a los socios en base a acusaciones tremendistas en contra de los integrantes de la plancha #2, junto al asedio verbal que sus activistas más aguerridos sometían a los miembros de la plancha #2, desafiándolos abiertamente con improperios y acusaciones de malversaciones, único mensaje que saturaba las mentes de esos activistas, varios de los cuales nunca han hecho vida activa en las actividades sociales y deportivas del club Naco.

La estrategia del descrédito por la malversación de fondos en contra de la plancha #2, que fue su única arma de campaña, fue esparcida en muchos corrillos sociales, que hasta gente de alta posición social se preocuparon y se acercaron hasta los miembros de plancha #2 para indagar el origen de tales diatribas, y al demostrarle la falsedad de las mismas, volvía la confianza y tranquilidad hacia la oferta de la plancha #2, quedando demostrada por la cantidad de votos que recibió en las urnas.

Una vez mas se confirmó que cuando un candidato recurre a las calumnias y agresiones verbales para sustentar su oferta de campaña, ésta se le vuelve sal y agua, y sus potenciales simpatizantes, que pudieron haber apoyado esa candidatura, les dan las espaldas, al darse cuenta de la irresponsabilidad con la que manejaron su propaganda hasta con el absurdo de rebajar las cuotas mensuales de los socios, que para un club de la categoría del Naco, con más de doce mil familias, no es tan elevado, ya que necesita ofrecerles y asegurarles un servicio de calidad en todas sus dependencias con institucionalidad y progreso.

 

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