Recibir el diagnóstico de que un hijo es sordo puede ser devastador para cualquier familia, y más aún cuando los padres no aceptan la condición de su hijo.
Por lo general, lo primero que sucede ante la noticia es la negación, la cual suele ser un mecanismo de defensa, al tener la esperanza de que el diagnóstico será erróneo más adelante.
La doctora Ruth Claros-Kartchner, profesora de educación intercultural en la Universidad de Arizona Sur, detalla que es de suma importancia que los padres acepten lo antes posible la condición de su hijo, para de ese modo empezar a ayudarlo.
Señala que las personas sordas pueden desarrollar capacidades extraordinarias, ya que desarrollan otros sentidos de una manera más amplia, como la vista, por ejemplo.
Lamenta que en República Dominicana no haya escuelas ni universidades que formen profesores en el lenguaje de señas para este segmento de la sociedad.
Claros-Kartchner, cuya área de investigación es la Educación Bilingüe para Personas Sordas en Latinoamérica, entiende que los sordos son tan útiles para la comunidad como una persona que no tenga discapacidad auditiva, por lo que aboga porque la sociedad sea más inclusiva con este segmento de la sociedad.
Lamentó que en la actualidad, los sordos tengan problemas para comunicarse, ya que “vivimos en un mundo para oyentes”. Citó el caso de cuando las personas deben acudir a solicitar un servicio, pero en las instituciones -públicas y privadas- no hay señalizaciones para personas que no escuchan, lo que le dificulta aún más la inclusión social.
Abogó porque la sociedad deje de considerar a los sordos como personas discapacitadas, ya que explica que “cuando ellos aprenden el lenguaje de señas, se están comunicando, por lo que no hay discapacidad alguna”, alega Claros-Kartchner.