Los sucesos del Oriente Medio afectan el muy tenso equilibrio del petróleo

Los sucesos del Oriente Medio afectan el muy tenso equilibrio del petróleo

Difícilmente sorprenda que la más reciente crisis en Oriente Medio haya empujado los precios del petróleo hasta nuevas alturas. Durante algún tiempo, el equilibrio entre el suministro y la demanda mundial de petróleo ha estado tan tenso que el mercado ha respondido ante cualquier noticia relacionada con la geopolítica. Aún cuando el combate en el Líbano no se produce cerca de las grandes instalaciones petroleras, cualquier conflicto que implique a Israel es capaz de provocar incidentes en toda la región. Sin embargo, todavía no hay motivo para temer por la salud de las más abarcadora economía mundial.

Porque mientras que los precios del petróleo han ido subiendo, y tocando nuevos picos durante más de dos años, esto no se debe a que se haya producido alguna interrupción importante en el suministro, como sucedió en las dos anteriores crisis petroleras de 197-74 y 1979-81. Es cierto que la insurrección en el delta de río Níger y la inestabilidad en Venezuela han reducido la producción en esos países. Pero la producción en estos grandes productores de petróleo no empeoró, aunque exista una preocupación creciente por un tercer gran productos, Irán, como resultado de su confrontación cada vez más intensa con Occidente por su programa nuclear.

También se produjeron dos intentos de ataques terroristas en las vitales instalaciones petroleras de Arabia Saudita y el nerviosismo continuó porque pudiera haber otras. Pero estos temores han estado presentes desde 2001. Quizás, la amenaza más concreta a los suministros de petróleo sea la posibilidad de otra mala temporada de huracanes en el Golfo de México.

El aspecto más destacado -y alentador- de la carrera de los precios del petróleo posterior a 2002 es que ha sido generada por la demanda. Por eso, si la economía mundial está latiendo con suficiente rapidez para seguir empujando los precios cada vez más alto, tiene que seguir, por definición, y hasta ahora, relativamente sin afectaciones, aunque sea cierto que China siga siendo el líder en el crecimiento del consumo. La Agencia Internacional de Energía pronostica que China, además del propio Oriente Medio, responderán por casi la mitad del crecimiento en la demanda de petróleo mundial el año próximo, aunque la economía china represente menos del 9% del consumo de la producción de petróleo.

En contraste con los más rápidos, y por tanto, más agudos picos en los precios de crisis petroleras anteriores, la inestabilidad de las alzas del precio del petróleo durante los últimos cuatro años también ha contribuido a neutralizar su impacto económico. Esto ha ocurrido de manera muy similar a una rana que se coloca en un caldero, que se supone que no note el calentamiento gradual del agua. Por su parte, la economía mundial ha sentido poco el calentamiento de la inflación. Una mayor competencia en los mercados de productos y el ajuste de la política monetaria que está ahora en marcha, hasta ahora, han evitado que los precios del petróleo incidan en una inflación generalizada más elevada.

No cabe duda de que el alza en el precio del petróleo ha empeorado los desequilibrios financieros globales, incrementando la cuenta de las importaciones en países como Estados Unidos y China, que los pueden pagar, pero también la de muchos países pobres en desarrollo con situaciones débiles en su balance de pagos. No obstante, en relación con el producto interno bruto del mundo de hoy, los flujos de capital privado y los mercados financieros, este cambio inducido por el petróleo es bastante menos una sacudida que la de los años de 1970. Esta pudiera ser la razón por la cual se han producido menos ajustes que en el pasado. Los países exportadores de petróleo han sido más lentos esta vez en importar, mientras que las compañías petroleras internacionales también han sido más lentas para reinvertir sus ganancias.

Esto parece deberse a que los exportadores y las compañías de petróleo siguen desconfiando que la bonanza actual dure. Pero ese no es el criterio de los mercados de futuros, que están pronosticando altos precios para el petróleo el año próximo, y despues. Si es así, sería una bendición para incrementar el ahorro de energía, y en el desarrollo de alternativas a los combustibles fósiles que muchos países industrializados están buscando. Quizás los mercados puedan aportar los resultados que los políticos no pueden dar. 

VERSION: IVAN PEREZ CARRION

Publicaciones Relacionadas

Más leídas