“Sssshhhh…. Píndaro está roncandooooo y duerme profundamenteeee… ssshhhiii –susurra Calderón, el barquero del río Ozama- No hablen alto para que pueda descansar… Cuando se fue a la cama, me dijo que iba a tratar de soñar con el 2015… Ese amigo mío no es pendejo… aprovechó que el año acaba de empezar y está haciendo contacto con su interior más profundo… Se nos ha ido adelante a todos los que ni caso le hemos hecho a planes y metas a lograr en estos próximos meses… Ojalá y no nos cojan asando batatas…”.
“Sssshhhhhh… Parece que va a hablar dormido…. Píndaro lo ha hecho desde chiquito… Una vez su hermana me dijo que era sonámbulo… Uyyyy… ¡Qué espanto!… Si ese tiguerazo le da con hablar a media noche, mi madre que me largo de su casa y… ¡la invitación a quedarme por unos días que se vaya pa’l caray!…. AAAyyyy…. Está hablando durmiendo!” –grita para sí, Calderón.
“Qué maravilla… -habla Píndaro entre susurros-… Qué maravilla que mañana cuando me levante voy a montarme en un concho pintado de amarillo… con sus rayitas negras que le identifiquen… un número de control… un medidor de distancia que controle lo que voy a pagar por su servicio… Qué maravilla que ya no tienen que venir desde Chile a decirnos que el agua la estamos botando nosotros mismos por millones de galones, porque eso lo saben hasta los chinos de Bonao y no nos había dado la gana de reconocerlo y disciplinarnos… Qué maravilla, que ya los candidatos a puestos políticos no tienen acceso a nuestros cuartos para pasársela montados en las capotas de sus jeepetas mostrando sus nuevos peinados… Qué maravilla que… ¡por fin!.. al COD le dejan trabajar y le facilitan los recursos que le faltan a los atletas para tener una representación digna y de mayor nivel en el extranjero para recuperar la imagen perdida por el país, por causa de muchos de nuestros conciudadanos funcionarios en el servicio exterior… Grrrrroooooo” -en ese momento, Píndaro empieza de nuevo a roncar e interrumpe su sueño hablado…
“Cofff…cofff…cooofff –tose fuerte, mientras sigue durmiendo… y, vuelve y se conecta-… “Qué maravilla –exclama Píndaro entre sueños- que ya no veo tantos ladrones en las calles de mis pueblos, porque las fuerzas del orden están dejándose sentir, dándole cajeta a quienes tengan que darle, sin proteger a aquellos que se escudan bajo la impunidad rampante…. Qué maravilla, que nuestros obreros de la construcción han vuelto a ocupar sus puestos, como en el pasado, para darle la imagen dominicana a los andamios que les sirven de escalera y sostén a sus trabajos… Qué maravilla, que ya puedo asistir a eventos públicos y privados, con la seguridad de que no me cartereen mientras comparto con los demás invitados… Qué maravilla, que el ejemplo de nuestro Pedro Martínez no sólo es seguido por los jóvenes aspirantes a peloteros, sino también por los personajes que… ¡por fin!… ya no les indican el consumo de sustancias para el crecimiento muscular y el falso rendimiento… Grgrgrgrggg…” -gorgea Píndaro en su profundo sueño…
“…Uffff… “–exhala Píndaro un aire explosivo dentro de su profundo sueño… y, susurra para sí… “Ahhhhh…. Qué maravilla, que ya las plazas comerciales no tienen que recurrir a ventas de pasillos para que los consumidores tengan que esperar por ello para encontrarse precios sincerados… Qué maravilla, que ya los dueños de extensiones de tierras las han puesto a producir, convirtiéndolas en fuentes de trabajo y no sólo para esparcimiento de fines de semana… Qué maravilla, que ya los padres y las madres se han puesto de acuerdo, para compartir las responsabilidades familiares en igualdad de condiciones de respeto…”.
En eso, Píndaro abre sus ojos… y, espantado, exclama: “Razón tenías tú, amigo Caderón… los sueños son una maravilla… pero, si no les hacemos realidad… ¡Los sueños, sueños son!”.