Los sueños truncados de Yanmaicol y Enrique, víctimas de “vidas en el limbo”

Los sueños truncados de Yanmaicol y Enrique, víctimas de “vidas en el limbo”

Yeimi Gerardo Decena, de 35 años, junto a sus hijos Yanmaicol, de 20 años, Aleidy (14) y Arianyi (10). Residen en Las Cinco Esquinas, del barrio Guarícanos Centro, Santo Domingo Norte. José Francisco.

Yanmaicol, un joven de 20 años, carga con un sueño roto: la oportunidad de ser firmado como prospecto de béisbol en un programa de Grandes Ligas se esfumó porque su nombre no figura en el Registro Civil de la Junta Central Electoral (JCE).

Su realidad cotidiana es trabajar como ayudante de entrega de muebles en una fábrica en Los Guarícanos, sobreviviendo al día a día, sin acceso a empleos formales, ni públicos ni privados, por carecer de un documento de identidad.

Desde 2011, su madre Yeimi ha emprendido una lucha interminable por obtener su acta de nacimiento y, con ello, las de sus tres hijos. En este proceso ha visitado decenas de veces la JCE, entregado innumerables documentos y gastado miles de pesos en abogados que no han logrado resolver el caso. Hoy, esta familia de cuatro miembros sigue atrapada en el limbo legal de los “Indocumentados: vidas en el limbo”, aquellos que existen físicamente, pero que no tienen reconocimiento oficial.

En otro territorio está Enrique, un adolescente de 16 años, que sueña con estudiar Turismo.
Vive en la comunidad Maricao, Santo Domingo Norte y cursa el tercer año de bachillerato. Su pasión es clara: quiere convertirse en profesional para contribuir al desarrollo del sector turístico dominicano. Sin embargo, ese sueño está en riesgo. Si su madre Marianela, de 32 años, no logra obtener la partida de nacimiento que tampoco ella posee, Enrique no podrá matricularse en la universidad.

La historia de esta familia, compuesta por Marianela, su esposo, cuatro hijas menores, Enrique y un bebé que está por nacer, refleja otra faceta dolorosa del problema. Son parte de los miles de dominicanos atrapados en un sistema que los ignora, excluyéndolos del acceso a derechos fundamentales como la educación, el empleo formal y los servicios de salud. (El caso de esta familia, lo reflejaremos en la segunda parte de la serie).

Ambas, ilustran la compleja realidad de los “muertos civiles” en República Dominicana: vidas reales invisibilizadas por la falta de identidad jurídica. Estos jóvenes son el rostro de una crisis que exige soluciones urgentes para que los sueños de una vida mejor no se pierdan en el olvido.
Una familia invisible para el sistema.

Yeimi Gerardo Decena, de 35 años, es madre de tres hijos: Yanmaicol (20), Aleidy (14) y Arianyi (10). Residen en Las Cinco Esquinas, del barrio Guarícanos Centro, Santo Domingo Norte.

En el corazón del sector Los Guarícanos, Yeimi y su hermana Vielka, de 24, enfrentan una realidad que trasciende lo burocrático: ninguna de las dos está asentada en el Registro Civil de la República Dominicana. A esta problemática se suma el hecho de que Yeimi tiene tres hijos que tampoco están registrados, al igual que otros miembros de su familia, lo que deja a 12 personas en un limbo legal.

“Somos seis hermanos: tres hembras y tres varones. Ninguno de nosotros está declarado y ahora también mis tres hijos se encuentran en la misma situación. Esto nos afecta profundamente”, expresa Yeimi, quien asegura que lleva desde 2011 intentando regularizar su estatus legal.

Un laberinto burocrático sin salida

Yeimi narra cómo ha sido un proceso lleno de obstáculos y frustraciones. Con la muerte de su madre en 2019, quien nunca la declaró, ha presentado múltiples documentos a la Junta Central Electoral (JCE) para tratar de resolver su situación. Sin embargo, a pesar de haber cumplido con todos los requisitos exigidos, los trámites permanecen estancados.

“Llevé a mi papá, a un sobrino de mi mamá, a mi hermano, pagué impuestos, contraté abogados… todo lo que me pidieron, lo hice. Pero hasta ahora, no he recibido respuesta. Me dicen que tengo que esperar, pero ya no aguanto más”, cuenta Yeimi.

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