Los tiempos demandan un mejor currículo de economía

Los tiempos demandan un mejor currículo de economía

In memóriam
Dr. José Luis Alemán

-Parte II-

En el artículo anterior planteamos algunas críticas al currículo de economía, entre las que subrayamos el excesivo énfasis en teorías económicas ya caducas, la preferencia por la academia (la mayoría de los graduandos en esta ciencia social desean desenvolverse en el mundo profesional), y la ausencia de interdisciplinariedad en los estudios económicos.

Vivimos en medio de un mundo cambiante donde diariamente surgen nuevos paradigmas mientras que otros pierden relevancia. Ideas florecen a un ritmo descomunal gracias a la revolución tecnológica (computación en las nubes). Y, todo aquel que no pueda comprender su entorno y no haga de ese entendimiento algo valioso será proclive a la obsolescencia. Por esta y muchas más razones, la economía, como ciencia y más importante aún, como labor profesional, debe evolucionar.

Con ese propósito, un grupo de estudiantes de la Universidad de Manchester, conocido como Post-Crash Economics Society, apoyados por eminentes economistas, han propuesto reformas a corto y mediano plazo, procurando, paulatinamente, una mayor preparación de las nuevas generaciones de economistas. En el futuro inmediato, el reporte sugiere utilizar las capacidades de académicos que investigan diferentes perspectivas para ampliar el foco de las materias macro y micro. Asimismo, entablar debates, asistidos por los maestros y asistentes, que permitan desarrollar un entendimiento crítico de las distintas teorías disponibles, escrutando la escuela de pensamiento dominante con el fin de asegurar el mantenimiento de su poder predictivo y explicativo. De no ser así, la completa aceptación de un pequeño grupo de teorías podría resultar en un insuficiente uso de las ciencias económicas, que podría resultar muy costoso a la sociedad. Solo basta con estudiar la crisis actual y ver el asombro de los economistas cuando ésta estalló.

A mediano plazo, este profundo cuestionamiento sugiere deshacerse, cuando exista la posibilidad, de los exámenes de selección múltiple, ya que existen otras alternativas como presentaciones y ensayos que permitirían desarrollar las habilidades de comunicación escrita y verbal. Es primordial para un economista el poder transmitir un mensaje cargado de informaciones relevantes de manera concisa y simple. Asimismo, proponen unir la teoría económica con el panorama político, social y ético. Preguntas como “¿debe el gobierno intervenir en el mercado?, ¿qué hacer si el salario mínimo es inferior al requerido para subsistir?” deben ser discutidas tomando en cuenta los descubrimientos de múltiples disciplinas como la economía conductual, sociología y un profundo conocimiento de la revolución digital que está cambiando, permanentemente, todo de una manera exponencial.

Otra propuesta: la priorización de los datos en los estudios económicos para “analizar cuáles teorías explican mejor los datos empíricos en diferentes momentos”. Las universidades deben de enfatizar extraordinariamente el entrenamiento a sus estudiantes para que puedan entender mejor los sucesos que ocurren constantemente a su alrededor e introducirles herramientas para que estos puedan poner en juicio las teorías que buscan interpretarlos. De esta manera, los futuros economistas podrán forjar una opinión educada de los eventos actuales a través de un hábito constante de investigación con análisis crítico mezclado con un hambre de conocimiento que no puede ser inculcado con las dimensiones del currículum actual. En palabras de J. M. Keynes,

“Los economistas buenos, o incluso los simplemente competentes, son aves raras. El economista debe ser matemático, historiador, estadista, filósofo, todo ello en cierto grado. Debe comprender los símbolos pero hablar con las palabras…”.

Esta opinión es una descripción perfecta de la complejidad y versatilidad que existe en la carrera de economía. No basta con ser un académico que conoce todas las fórmulas para los modelos más complejos, se necesita de intuición e interés por lo que ocurre en el mundo, pues las demás ciencias establecerán las pautas para el futuro de la economía. Es que, en nuestra humilde opinión, para ser economista se debe saber un poco de todo manteniendo unas ganas perpetuas de aprender y cuestionar todas las reglas.

Investigadores asociados:

Iván Kim
Ledys Féliz
Andrea Taveras.

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