Bueno. Yo no estuve allí. Lo estoy viendo en mi televisor. ¿A diario? No, casi a diario. El superior de la educación pública ha dicho que esto es una conducta inaceptable. Y yo entiendo que así es.
La policía acude al lugar, yo diría que con aceptable prisa.
Recogen los casquillos y algunas declaraciones y lo demás. Investigan luego.
Se me ocurre que en la mayoría de estos casos es muy poco lo que puede hacer la Policía local.
El asunto parece… y lo es, un poco complicadito. En gran parte por esa polémica sobre la venta de las armas. Y la Segunda Enmienda. Y una serie de leyes y reglamentos locales y federales que, a mi juicio, son muy generosos con los delincuentes o sospechosos de serlo.
Pienso que en este caso de los tiroteos igual que cuando vienen los ciclones u otros desastres, el gobernador puede declarar el Estado de Emergencia. Esto crea algunas libertades de movimiento a las autoridades.
Y puede ser que entonces, en Tallahasee, se forme una Fuerza de Tareas, o Grupo de Choque con los elementos apropiados. Yo sugeriría hombres corteses pero autoritarios, que organicen, en calles y carreteras un minucioso registro o inspección de los vehículos sospechosos de llevar elementos «raros». La Inspección debe buscar armas y drogas y etc. Si hay armas y no aparecen los permisos apropiados, buscar el modo de tener esta gente tras las rejas el mayor tiempo posible.
Me falta averiguar si el número de muertos y heridos en los tiroteos alcanza ya un número suficiente para la alarma y la consiguiente reacción de las autoridades.