Los traspiés del sector eléctrico

Los traspiés del sector eléctrico

Nuevamente el país entra en uno de esos ciclos de perturbación  en el mercado  eléctrico. En esta oportunidad son problemas financieros los que nos colocan ante la perspectiva de un colapso en el servicio. Generadores y distribuidores están, otra vez, enfrentados porque los segundos no ponen al día sus cuentas. A su vez, los distribuidores no pagan a los generadores por su incapacidad para cobrar toda la energía que distribuyen y, también, porque el Estado ha incurrido en otro de sus atrasos. Las perspectivas inmediatas indican que estamos a punto de tener que soportar más horas de apagones.

Si los generadores enfrentan un déficit financiero por falta de pago de los distribuidores, y si estos últimos carecen de liquidez porque se han reducido sus cobranzas por concepto de energía servida, no hay que hurgar mucho para llegar a la convicción de que el sistema está al borde de otro colapso. El país está atrapado en un modelo de capitalización del sector eléctrico que no ha dado los resultados apetecidos. Bajo estas condiciones de inestabilidad en el mercado energético es difícil que el país pueda alcanzar los niveles de competitividad que necesita para hacer un buen papel tanto dentro como en el exterior. Energía costosa e inestable es lo que nos ha garantizado este modelo de capitalización y no extraña que estemos al borde de otro colapso.

No por pequeñas menos vitales

E difícil concebir el progreso económico de un país sin el concurso de las micro, pequeñas y medianas empresas o, como se les llama de manera resumida, “mipymes”. Su relevancia tiene un peso específico importante y no por ser pequeñas o micros dejan de ser relevantes. Eso debe ser tomado muy en cuenta cuando se trazan políticas financieras, fundamentalmente en lo que concierne a requisitos para tener acceso a fondos especializados de financiamiento.

La autoridad monetaria del país ha sacado del encaje legal partidas importantes de dinero para fines de crédito. La idea es dinamizar la economía haciendo más accesibles los fondos de financiamiento. Las pequeñas y medianas empresas nuestras carecen de un registro que es parte de las normas que deben cumplir las entidades que financian a este sector. Las mipymes son las células del tejido económico  y  merecen facilidad de acceso al crédito.

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