Los tres caminos de la felicidad

Los tres caminos de la felicidad

El secreto de la felicidad es simple: averiguar qué es lo que le gusta hacer y dirigir todas sus energías en esa dirección. Para alcanzar todo el potencial de nuestro cuerpo, mente y alma, hay que traspasar regularmente las fronteras y correr riesgos calculados, saliendo de los caminos trillados y la zona de confort, comenzando por las cosas que siempre hemos querido hacer.

Son algunas de las claves para ser feliz, que propone Robin S. Sharma, autor de El monje que vendió su Ferrari (Plaza y Janes), uno de los libros de autoliderazgo y desarrollo personal más leídos en el mundo, una fábula espiritual sobre la búsqueda de la felicidad, que ha cambiado la vida de muchas personas.

Divorciado y padre soltero, este hombre de cuarenta años que vive en Canadá, tuvo una revelación que cambió su forma de pensar, sentir y actuar, y dejó la abogacía para dedicarse a difundir sus ideas por medio de libros, conferencias y las organizaciones Sharma Leadership (www.robinsharma.com) y una fundación para ayudar a los niños desfavorecidos.

Consciente de que «la tragedia de la vida no es la muerte, sino morir por dentro mientras vivimos», Sharma dedica su propia existencia a enseñar a la gente que «todos podemos encontrar la felicidad».

«Cuando nos inspira un objetivo importante y apasionante, que mejora la vida de los demás o la sirve de alguna manera, los pensamientos rompen sus ataduras, la mente supera sus límites, la conciencia se expande, las fuerzas, talentos y facultades ocultos cobran vida, y uno se ve en mundo nuevo y maravilloso», señala.

ALCANZANDO NUESTRO POTENCIAL

Para Sharma, quien tiene un objetivo válido y definido, que avive las llamas de su potencial interior, se ve impulsado por las prioridades, siente amor y entusiasmo por cuanto hace, sabe vivir el presente y centra su atención en la tarea que se ha marcado; de esa manera no hay fugas de energía.

Para conseguir este objetivo hay que mejorar los pensamientos, evitar las ideas tóxicas, aprender a reflexionar sobre lo que uno quiere en la vida, concentrarse en los objetivos, tomar los errores como lecciones de las cuales aprender y permitir el acceso sólo a la información más selecta. Para ello, hay que dominar la herramienta clave para conseguir la felicidad: la mente.

Según Sharma, la mente es como un jardín: si la cuidamos, nutrimos y cultivamos, será fértil y florecerá más allá de nuestras expectativas, pero si dejamos que la maleza, es decir, los pensamientos pobres o negativos, arraiguen en ella, y le echamos residuos tóxicos, como preocupaciones, ansiedades o miedos, nunca podremos alcanzar la paz de espíritu y la armonía interna.

Las cosas son creadas dos veces: primero en el taller de la mente y después en la realidad. Cuando se aprenden a controlar los pensamientos y se sabe imaginar gráficamente todo lo que se desea en la vida, en un estado de absoluta expectativa, las fuerzas dormidas empiezan a despertar dentro de uno.

Robin Sharma propone tres técnicas básicas para dominar la mente, que se vienen aplicando en Oriente hace miles de años, y son fundamentales para alcanzar la felicidad:

EL CORAZÓN DE LA ROSA

Lo único que se requiere para este ejercicio es una rosa fresca y un lugar silencioso. Los entornos naturales son los más óptimos, pero una habitación tranquila también sirve. Comience mirando al centro de la flor, a su corazón. Fíjese en su color, textura y diseño. Saboree su fragancia y piense solamente en el objeto que tiene ante si.

Al principio, notará que otros pensamientos le distraen; es el síntoma de una mente mal entrenada. Pero no se apresure, porque la cosa mejorará enseguida. Vuelva su atención a la flor. Su mente no tardará en volverse fuerte y disciplinada.

Para que sea efectivo, este ritual debe realizarse a diario. Los primeros días resulta difícil siquiera dedicarle 5 minutos, pero si se persiste y emplea cada vez más tiempo en contemplar el corazón de la rosa, en dos semanas uno es capaz de practicar el ejercicio durante veinte minutos, sin que la mente se distraiga.

Es el primer indicio de que se está recuperando el control de la mente, que de ese modo se concentrará única y exclusivamente en lo que uno le ordene. Además de aportar serenidad, este «retiro de silencio o isla de paz» borra el hábito de preocuparse y aumenta la energía y el optimismo.

EL PENSAMIENTO OPUESTO

Esta técnica útil para librar a la mente de las preocupaciones e influencias negativas, se basa en el hecho de que sólo podemos pensar una cosa cada vez, y permite crear una disposición positiva y creativa en poco tiempo.

El proceso es simple: cuando un pensamiento indeseable ocupe el punto focal de su mente, sustitúyalo de inmediato por un pensamiento ejemplar, como funciona un proyector al reemplazar una diapositiva por otra.

El primer paso consiste en darse cuenta que se tiene una idea pesimista, preocupante o negativa. El segundo radica en comprender que con la misma facilidad que ha dejado entrar en su mente esa idea puede reemplazarla por otras alegres.

Piense en lo contrario. Concéntrese en ser alegre y activo. Sienta que es feliz. Mueva su cuerpo como cuando está contento y entusiasmado. Siéntese erguido, respire profundamente y dirija el poder de su mente hacia pensamientos positivos. En pocos minutos notará una clara diferencia en su estado de ánimo.

Es más: si sigue practicando el Pensamiento Opuesto, y lo aplica a cada pensamiento negativo que acuda a su mente, en pocas semanas verá que ya no tienen ningún poder sobre ella. Los pensamientos son cosas vivas, núcleos de energía, y la calidad de lo que pensamos determina la calidad de nuestra vida.

EL SECRETO DEL LAGO

Para asegurarse de que los pensamientos sean puros e íntegros, se pueden visualizar todas las virtudes que se quieren tener, en la superficie de un lago imaginario, de aguas cristalinas y serenas, como si fuera una pantalla donde se ven las imágenes de la persona que uno desea ser.

Si persevera, al cabo de un tiempo, uno se convertirá en la persona que mentalmente ha deseado ser. La mente trabaja con imágenes, éstas afectan a la imagen de nuestro yo, y ésta a su vez afecta el modo en que sentimos y actuamos.

Si la imagen del yo dice que una vida llena de objetivos, salud y felicidad es sólo para otros, está profecía acabará cumpliéndose, pero cuando pasamos imágenes inspiradoras e imaginativas por la pantalla mental, empiezan a ocurrir cosas maravillosas.

Hay que dedicar un rato cada día, aunque sean sólo unos minutos, para practicar la visión creativa: imagine lo que le gustaría ser, ya sea un gran juez, un gran padre o un gran ciudadano de su comunidad.

No hace falta buscar un lago para practicarlo, ya que la antiquísima técnica de emplear imágenes positivas para influir en la mente, se puede aplicar en la casa, o en la oficina. Cierre la puerta, suspenda todas las llamadas y cierre los ojos. Respire varias veces profundamente, hasta relajarse, y después visualice imágenes mentales de todo lo que quiere ser, tener y alcanzar en la vida. La mente tiene el poder magnético de atraer todo aquello que uno desea conseguir.

El uso continuado de esta técnica le reporta recompensas económicas, si es lo que desea, pero lo que importa más: puede utilizarla para reforzar sus relaciones o desarrollarse espiritualmente.

EFE-REPORTAJES

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