Los tricker dominicanos divierten y promocionan las buenas causas

Los tricker dominicanos divierten y promocionan las buenas causas

Combinar con labor social una disciplina es per se una mezcla, una estrategia que arroja resultados tangibles como alejar a las personas impactadas de conductas lesivas para sí y para otros. Es la fórmula con la que los tricker (practicantes del deporte extremo tricking) mantienen distancia de malos hábitos y mejoran su entorno.
Asumir causas y alejarse de sustancias como el alcohol y el tabaco, para algunos entretenimiento, y por supuesto de otras drogas, amerita de fuerza de voluntad, de constancia y sobre todo, de la asunción de metas. Eso lo cumplen firmes estos deportistas.
“Un miembro más es un delincuente menos, un atleta que requiere preparación física y mental, lo que obliga a estar en ambientes sanos. Por eso no hay casos de que incurran en inconvenientes, al contrario, aportan a múltiples áreas, al compromiso social, al país con su rendimiento”, proclama Carlos Reyes, pionero de la disciplina en República Dominicana.
Por eso Frandy Marte confirma que lo que practican no es un hobby, es un estilo de vida, que refuerzan con activismo como limpieza de costas y actividades religiosas, artísticas y culturales, desde las que motivan a otros jóvenes a mantenerse en el camino recto.
Para reforzar ese planteamiento, su compañero Albert González explica que terminadas labores como higienización de la playa de Güibia, en ese mismo escenario entretienen a los espectadores. O lo mismo presentan una muestra en la congregación cristiana a la que pertenecen, con sesiones en las que de forma literal vuelan por los aires, en esa liga deportiva, “dancística” y acrobática.
Los resultados para estos dos muchachos de 22 años son muchos. En cuanto a lo profesional, presentarse en espectáculos como los Premios Soberano y representar al país en el extranjero.
En la formación humana, centrarse más en los estudios, en la consecución de objetivos, ser más solidarios y marcar diferencias en su comunidad, Villa Mella, y en más demarcaciones.
Ampliar el redil. Hace cuatro años que Yamil Cabrera empezó a practicar y entendió que motivar a otros era una manera perfecta de contribuir a alejarlos de los vicios y de la delincuencia, flagelos que tanto fustigan, sobre todo a los más carentes de oportunidades.
“Es un deporte que ayuda a enfocarse, a saber que puedo vencer todos los miedos, en todos los aspectos de mi vida”, proclama el joven de 20 años, oriundo de Manoguayabo, Santo Domingo Oeste.
Manuel Mateo, de la misma edad, y residente en Los Frailes, Santo Domingo Este, supo de la disciplina en una búsqueda por internet y en Parque del Este encontró al grupo al que está unido desde entonces.
Trabaja con otros chicos a los que deja claro que el tricking es también práctica y teoría sobre cómo mantener el buen obrar, perseverar. Más que inversión económica, implica entrega física y moral.
Para expandir el trabajo, el equipo coordinador abrirá el primer gimnasio de la disciplina en el país, un punto en el que niños y jóvenes canalizen energías y aptitudes que transformen su hábitat.
¿Qué es eso?
El tricking es una disciplina que usa el cuerpo como herramienta. Deriva del Tae kwan do, Karate, Wushu y Capoeira, con elementos del Parkour y es mezclada con hip hop. Es así un deporte, un baile, un método de meditación y de preparación corporal, áreas por las que optar de forma independiente o conjunta. Los movimientos son trick (truco) extraídos de las artes marciales algunos y otros inventados con el avance de la disciplina. Quienes los hacen son tricker y pueden crear su propio estilo. En el país tienen la plataforma Tricking dominicano.

Historia y avance
De los orígenes del tricking en el país puede hablar Carlos Reyes, un santiaguero que empezó a practicarlo en 2007 en el pabellón de gimnasia olímpica y en el área monumental y dos años más tarde lo expande a otras provincias.
Involucrado desde pequeño en artes marciales, gimnasia olímpica, baile, descubre este deporte cuando navegaba por la web.
Pero quiso que más gente lo conociera y así inició un recorrido por su provincia, La Vega, Puerto Plata, Monseñor Nouel, La Romana, La Altagracia y el Gran Santo Domingo, donde impartió talleres de motivación.
Ahora están en pueblos de todas las regiones y lo practican jóvenes y niños desde los ocho años. Muchos incursionan además en otras disciplinas.
Reyes lamenta que unos abandonen porque deben costear sus gastos y los de su familia, ya que aun no hay una plataforma para generar ingresos, pero le enorgullece que otros tengan propuestas para salir del país a mostrar lo que hacen con entrega y pasión.

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