Los únicos subsidios necesarios

Los únicos subsidios necesarios

RAMÓN ALBURQUERQUE
Los subsidios directos y focalizados son una obligación del Estado, sin embargo, cuando se generalizan son costosos, profundizan la desigualdad y agravan la pobreza, ya que favorecen a quienes más tienen. Los grupos de altos ingresos, las industrias, el comercio y las instituciones son responsables del mayor consumo de bienes y servicios.

La obligación del Estado es con los pobres, sin descuidar el resto de la sociedad.

El Gobierno tiene que garantizar los subsidios para los pobres, por tanto, es correcta la utilización del sistema tributario y cualquier otro medio lícito para transferir recursos de los sectores de altos ingresos, hacia los de rentas bajas.

El presupuesto de ingresos y la Ley de gastos públicos es el instrumento esencial para redistribuir una parte de la renta nacional. Hoy por hoy, los ingresos del gobierno representan el 15% del Producto Interno Bruto (PIB) que alcanza 750 mil millones de pesos, por tanto, el fisco recibirá cerca de 110 mil millones de recursos internos.

Lamentablemente, las recaudaciones están comprometidas con el pago de la deuda, 40 mil millones, sueldos y salarios de la administración pública, 37 mil millones, y demás partidas para educación, salud, obras públicas, seguridad nacional y unos cuantos proyectos de inversión.

Hay que saber que los ingresos no alcanzan a cubrir los gastos, de ahí los enormes déficit fiscales. Sin embargo, el Gobierno establece subsidios generalizados mal concebidos por elevadas sumas, a sabiendas de que no podrá pagarlas.

A los precios actuales, el subsidio al Gas Licuado de Petróleo (GLP) será de 10 mil millones y para el sistema eléctrico nacional de 12 mil millones de pesos, ambos anuales. Estos dos subsidios generalizados, junto a los programas de venta de medicinas, alimentos, viviendas, vehículos de transporte, financiamiento agrícola, y otros, exceden a los 30 mil millones.

La falta de pago de los compromisos causa interrupción en los servicios de venta de GLP y de electricidad, provocándose de este modo, una virtual parálisis de las actividades económicas.

Mientras tanto la pobreza avanza. Es urgente que el Gobierno se ocupe de los pobres con programas sociales sostenibles en sus aspectos financiero e institucional.

Reiteramos, por enésima vez, la creación del Programa Dignidad de la Pobreza, que consiste en lo siguiente:

Programa dignidad de la pobreza

A) Hacer un censo para identificar cada pobre por su nombre, dirección y causa de su pobreza. Este censo se haría en seis semanas usando avanzada tecnología informática. Se tendrá un banco de datos actualizado y transparente sobre los pobres del país.

B) Se establecerían los parámetros que definen una familia pobre.

C) Los censos sobre pobreza (no de pobres) indican que hay 2.7 millones de personas vinculadas a 500 mil familias, de las cuales se tendría lógicamente el nombre de la cabeza de familia, su dirección y demás informaciones.

D) Mensualmente se asignaría a cada familia: 200 pesos para compra de GLP, 300 para el pago de electricidad, 500 pesos como ayuda alimentaria, 250 pesos para medicinas y 500 pesos como incentivo escolar. Serían 1,750 pesos al mes. El reglamento diría qué hacer cuando las familias no tengan niños.

E) Este programa representa 875 millones cada mes. Es decir, 10,500 millones de pesos anuales.

F) El Gobierno cambiaría los subsidios generalizados existentes que requieren 30,000 millones de pesos, por nuevos subsidios directos y focalizados, exclusivamente a los pobres, que solo demandan 10,500 millones de pesos. El ahorro contable en números redondos, es de veinte mil millones de pesos al año, y además, podrá ser honrado puntualmente con los ingresos fiscales.

G) Las autoridades podrían auxiliarse de una Comisión para la Dignidad de la Pobreza, en la que estén personas reconocidas por su honestidad representando las iglesias, asociaciones empresariales, representantes de partidos políticos, líderes cívicos, etc. Esta comisión garantizaría transparencia y una entrega fiel de los recursos a cada familia pobre del Banco de Datos. Este banco sería alimentado por sondeos frecuentes que realizaría la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE) y consultores especializados internacionales que servirían de auditores del sistema.

H) Este programa se realizaría al margen del partido político, como debe ser toda lucha contra la pobreza, para que sea sostenible y venga a ser una verdadera respuesta a la más denigrante de las condiciones humanas, la pobreza o la miseria.

Aspiramos a que cada familia genere su propia riqueza para desterrar la caridad y el paternalismo público. Sin embargo, mientras el desarrollo integral llega a través de la educación, la formación técnica y el empleo para todos, es preciso combatir la pobreza mediante programas bien estructurados y sostenibles, tanto en el orden financiero como en el institucional.

En estas acciones propias del Estado, hay que estimular el amor propio y la dignidad de las personas.

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