La gastronomía, básicamente la gourmet, hoy día tiene como tendencia utilizar los vegetales y otros productos de los llamados “bebés”, miniaturas, o “minis”, y no es para menos, el sabor y la textura crujiente de estos hacen una especie de sinfonía en el paladar.
Una de las ventajas de estos productos en miniatura es que además de ser más atractivos, divertidos, y lo mejor, deliciosos, por lo regular son producidos con técnicas orgánicas y artesanales, y por lo tanto también contribuyen a la buena salud.
Ventajas. Los vegetales “bebés”, además de beneficiosos en lo que a la salud se refiere, suelen ser más agradables, tanto al paladar como visualmente.
Entre las características que les hacen más deliciosos están que su textura es más consistente, y por lo general no contienen semillas, como es el caso de las berenjenas, pepinos…
En este mundo del cultivo en miniatura hay también verduras y granos, a los que llamamos brotes. Se consiguen en el mercado, especialmente orgánico, desde hojas, hortalizas y verduras.
La característica de estos productos es que se cosechan en la etapa previa a su maduración, es lo que popularmente se le llama “nuevo”, aunque existen técnicas para que se desarrollen al tamaño convencional.
¿Por qué son tan preferidos? Estos están considerados en el mundo gastronómico como más deliciosos y nutritivos que los de tamaño tradicional.
Se producen en miniatura los denominados “tomates cherry”, los pepinos, el brócoli, la coliflor, la berenjena, la zanahoria, el rábano…
¿Un toque gourmet? Si quiere dar un toque gourmet y delicioso a sus recetas, estos vegetales son excelentes.
Al ser cultivados por lo general de manera artesanal y utilizando técnicas orgánicas, son una ricura al paladar, además de que visualmente son súper atractivos, una tentación, abren con más facilidad el apetito de cualquier comensal.
¿Quién no se vería tentado a dar un mordisco a una zanahoria, berenjena, pepino, o un rábano en miniatura? Posiblemente nadie que guste de la sana y buena gastronomía se resistiría.