Los vegetarianos tienen carencias de vitamina B12

Los vegetarianos tienen carencias de vitamina B12

EFE Reportaje. Ventajas y desventajas. Según estudios los vegetarianos son mejores amantes, pero, desde el punto de vista nutricional, los expertos advierten de que el vegetarianismo estricto  tiene unas particularidades que la convierten en un tipo de alimentación inadecuada para el ser humano

La carencia de vitamina B12, principal riesgo de los vegetarianos

Se conoce como dieta vegetariana estricta aquella que no contempla el consumo de alimentos de origen animal y se limita a la ingesta a plantas, hongos, algas y poco más. Sin embargo, la mayoría de los vegetarianos complementan los vegetales con otros productos de origen animal, como leche, miel, yogur y huevos. Este tipo de dietas tiene como riesgo fundamental el déficit de vitamina B12, cuya carencia puede provocar enfermedades gástricas graves.

Los seguidores estrictos de esta corriente filosófica no toman carne ni pescado y se limitan a incluir en sus comidas diarias plantas, hongos, algas, frutas, verduras, frutos secos, cereales y legumbres.

Algunos vegetarianos denuncian que anualmente se “asesinan” en todo el mundo a 45 000 millones de animales para consumo humano, entre sacrificios en mataderos, caza y pesca.

Los veganos presentan cuadros de déficit considerable de vitamina B12, cuya carencia puede desembocar en afecciones gástricas graves como la enfermedad de Crohn.

El principio básico del vegetarianismo es abstenerse de incluir en la dieta alimentos que comporten el sacrificio de alguna vida animal. Por eso, los seguidores estrictos de esta corriente filosófica no toman carne ni pescado y se limitan a incluir en sus comidas diarias plantas, hongos, algas, frutas, verduras, frutos secos, cereales, legumbres y poco más.

El vegetarianismo empezó a practicarse en Occidente en la Inglaterra victoriana de mediados del siglo XIX, inspirado en la filosofía oriental que predica la moderación alimenticia y el ayuno para lograr la catarsis espiritual. Un vegetariano no estricto, tristemente famoso, fue Adolfo Hitler -además de abstemio y no fumador-, quien no se distinguió precisamente por dar muestras de haber conseguido esa catarsis.

Los seguidores más rigurosos de esta corriente se llaman veganos frente a los lactovegetarianos, que admiten en su dieta miel leche, yogur y otros derivados lácteos, y los ovolactovegetarianos, partidarios además de incorporar huevos a su ingesta.

Para ilustrar las posturas de los seguidores más radicales de esta forma de vida,  unos 50 vegetarianos  se manifestaron recientemente en Sevilla por el centro de esa capital del sur de España, vestidos de luto, simulando un entierro y  pidiendo que no se consuma carne ni pescado para que no se sacrifiquen más animales.

Exhibiendo lemas en fotografías de animales recién sacrificados como “¡Mírame a los ojos!” y “Por favor, ¡no me comas!”.

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La obesidad

Desterrada
A pesar de esta carencia, los vegetarianos pueden absorber pequeñas cantidades de vitamina B12 a partir de algunos de los hongos y microorganismos que consumen y cuya metabolización queda fijada en una flora intestinal que ha desarrollado “un instinto especial” para extraer nutrientes de la fibra fermentable. La dieta vegetariana tiene como ventaja que la incidencia de la obesidad entre sus practicantes es prácticamente nula y sus índices de enfermedades cardiovasculares son sensiblemente menores en relación con los consumidores de carne y pescado.

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