Los verdaderos zombis

Los verdaderos zombis

Las adicciones o vicios provocan contradicciones entre filósofos y científicos  cuando tratan de explicar sus arrolladores alcances, tanto en lo puramente natural como en lo tecnológico.

Ejemplos ilustrativos son, por un lado, el tabaquismo, el alcoholismo y la drogadicción y  por el otro, las anteriores fiebres por los radios y televisores, cambiadas ahora por el indetenible furor por las computadoras y los teléfonos celulares.

¿Cuánto durará la enfermiza propagación del vicio por los celulares y las diferentes formas de mini-computadoras y cuál será su  sustituto como droga natural o tecnológica? No tengo idea, pero en este momento una gran parte de la humanidad actúa como zombi atrapada en el uso y abuso de los celulares y sus numerosas aplicaciones, yendo, desde la frecuentísima cómica imagen de una persona caminando como un autómata mirando la pantalla de su celular, hasta la trágica ocurrencia de accidentes fatales cuando alguien “texteando” ha descuidado su atención al volante y a la carretera.

George A. Romero, en la clásica producción cinematográfica que popularizó las características de los zombis, los presenta marchando como autómatas, destruyendo propiedades y  asesinando para alimentarse del cerebro de sus víctimas. Con el uso enfermizo de los celulares muchas personas parecen zombis en reuniones, presentaciones y actividades que  requieren atención.

Se portan como robots activados por el celular en sus manos y lo penoso es que no hay forma de convencerlos de que ellos no son zombis y que los verdaderos zombis son los aparatos que tienen en sus manos que, con la pretensión de ofrecerles muchas aplicaciones para entretenimiento, realmente les han comido el cerebro, dejándoles sin capacidad ni tiempo para hacer otra cosa.   

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