los videojuegos hacen gordos y violentos a los niños

los videojuegos hacen gordos y violentos a los niños

Los videojuegos pueden hacer a los niños gordos y, en el caso de los juegos violentos populares entre los adolescentes, convertirlos en agresivos e incluso criminales, según expertos suecos.

La industria de los videojuegos, que en Suecia genera 200 millones de dólares al año y 10.000 millones en Estados Unidos, es dominada por las consolas Xbox de Microsoft, PlayStation de Sony y Game Boy y GameCube de Nintendo.

Electronic Arts, Nintendo, Activision y Take Two Interactive Software están entre los principales creadores de títulos de juegos. Grand Theft Auto, de la unidad Rockstar de Take Two, se encuentra entre los títulos mencionados en un documental de televisión sueco en relación con delitos cometidos por jóvenes.

“Es preocupante porque ellos (los jugadores de vídeo) están ensayando guiones de conducta que posiblemente desempeñen en la vida real”, dijo en el documental “Deadly Game” (Juego Mortífero) Michael Rich, miembro de la Academia Estadounidense de Pediatría, que ha estudiado los efectos de los medios de entretenimiento en la salud física y mental de los niños.

“Se ha demostrado que la gente que ve mucha violencia en televisión desarrolla una conducta agresiva”, dijo Frank Lindblad, un psiquiatra infantil del hospital universitario del Instituto Karolinska de Suecia.

“Corren un riesgo muy elevado de conducta criminal… hay muchos indicios que sugieren que los videojuegos son peores”, dijo, destacando que muchos jugadores tendían a identificarse con los héroes de los juegos. “La frontera entre la realidad virtual y el mundo real se convierte en difusa y eso es peligroso”, añadió.

Gustav Niel Berggren, un estudiante de 16 años que dijo que tendía a pasar muchas horas diarias jugando a un juego de acción interactivo en Internet llamado Counter Strike, que consiste en matar a soldados rivales, se mostró en desacuerdo.

“Disparar a alguien en un juego es como anotar un gol en un partido de fútbol”, declaró, rechazando la teoría del documental y el temor de Lindblad de que los jóvenes no saben distinguir entre el mundo del juego y la vida real.

Elisabeth Junttila, madre de seis hijos y líder de una asociación sueca que promueve vínculos más estrechos entre escuelas y hogares, dijo que algunos niños se hacían adictos a los videojuegos, y que pasaban horas despiertos frente a una pantalla de computadora comiendo papas fritas, pizzas y refrescos.

Anne Folke, cofundadora de un grupo de presión para contrarrestar lo que considera los efectos dañinos de los videojuegos, dijo que estos cada vez consumían más el tiempo de los menores. «Están en mala forma física, no comen sanamente, engordan y padecen insomnio», afirmó.

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