El ex presidente Leonel Fernández supeditó su repostulación a la fuerza y dirección con que soplaran los vientos y luce decidido a buscar su candidatura nueva vez por el Partido de la Liberación Dominicana (PLD). Está utilizando sus habilidades y experiencia para reposicionarse en las preferencias populares; no le importa una tasa de rechazo que puede manejar fácilmente, porque tiene tiempo suficiente para volver a encantar a las masas con su verbo y elocuencia imbatibles por los adversarios de su propio partido y reforzados por las burradas de la oposición.

Los vientos tienen clasificaciones, pero en el folklore dominicano hay algunos que pueden o no “tumbar cocos” y otros que son expulsados a través del extremo distal o final del tubo digestivo, cuya tipología está asociada con elementos como el olor, el sonido, la edad de quienes los producen y los lugares donde deben o no dejarse salir. En algunos predios campesinos se le llama “follón” al viento que se destaca y tradicionalmente “rompe grupos”.

El presidente Danilo Medina fue tajante en principio y ambiguo después, sobre la reelección; como político, su posición es razonable; no le conviene reiterar su negativa a reelegirse, ni tampoco descartar la posibilidad de hacerlo, porque esto último desataría un reperpero y menguaría su base de sustentación en el poder, ya que sus colaboradores, cercanos o no, se dedicarían a buscar otro árbol bajo el cual cobijarse frente a futuras coyunturas electorales y si decidiera romper sus ataduras o “amarres” con el gobierno pasado, repostulándose o respaldando a un precandidato peledeísta, los vientos emularían el famoso “Follón de Yamasá” dañando la fiesta con un “juidero” histórico.