La obtención de la residencia a cambio de la inversión es un procedimiento disponible en numerosos países, algunos de los cuales sin embargo han decidido retirarlo o, como España, modificarlo, como anunció este lunes el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
Portugal. Ya no concede nuevos “visados de oro” desde octubre. Los daba desde 2012 por compra de inmuebles, grandes inversiones o por crear puestos de trabajo. Se denominaba Permiso de Residencia para Actividad de Inversión (ARI) y tuvo 10.000 beneficiarios.
Italia. Aprobó su plan en 2017 para ciudadanos extracomunitarios por “invertir en activos estratégicos para el desarrollo y la competitividad del Sistema Italia” y permite obtener un visado especial de dos años.
Se concede por inversión en deuda pública de al menos 2 millones de euros o una inversión en una sociedad de capital italiano de al menos 500.000 euros; si se invierte al menos 250.000 euros en una empresa emergente innovadora o se dona al menos un millón de euros en distintos ámbitos sociales, culturales o científicos. En julio de 2023 se suspendió para rusos (los más beneficiados en 2022) y bielorrusos.
Chipre. Cerró su programa después de un escándalo de corrupción. Preveía la concesión de pasaporte chipriota por invertir dos millones de euros en bienes raíces y donar 100.000 euros al fondo de investigación y desarrollo del Gobierno, más otros 100.000 a la Organización de Desarrollo de la Tierra.
Francia. No existe ese mecanismo por compra de propiedades residenciales pero sí para el sector tecnológico, para empleados de alto nivel, emprendedores en empresas emergentes e inversores.
Estos deben adquirir al menos un 30 % de una compañía con una inversión de 300.000 euros en activos fijos, además de comprometerse a crear o proteger empleos durante los cuatro años en que ese visado es válido. El visado es renovable y permite la reunificación familiar.
Alemania. Hay un permiso de residencia para empresarios extranjeros, temporal por tres años y luego indefinida si se establece una actividad por cuenta propia que esté en el interés económico del país o cumpla una necesidad regional, tenga un impacto positivo en la economía y esté garantizada la financiación por capital propio o créditos. No hay mínimo de inversión pero se suele recomendar al menos una inversión de 250.000 euros o la creación de cinco puestos de trabajo.
Países bálticos. Se han estancado estos programas principalmente porque los legisladores o los gobiernos han restringido o cortado el acceso a los ciudadanos rusos y bielorrusos después de que Rusia invadiera Ucrania. En Letonia fueron mayoría los rusos los acogidos y se tiene que invertir mínimo 250.000 euros.
En Estonia el umbral es de 65.000 euros (16.000 para autónomos) y da residencia temporal durante cinco años. En Lituania se concede por crear empresas en campos específicos como la nanotecnología, la electrónica y la biotecnología. Hay también un visado de negocios para una inversión mínima de unos 28.000 euros.
Grecia. Vigente desde 2013 e inicialmente por invertir 250.000 euros en vivienda se obtenía permiso de residencia de cinco años y la ciudadanía en siete años. El umbral subió a 500.000 euros y se amplió para incluir inversiones de 400.000 euros en bonos o acciones.
Se criticó su impacto sobre el alquiler y los precios inmobiliarios y Atenas endureció las condiciones- desde el 31 de marzo se exige invertir como mínimo entre 400.000 y 800.000 euros; baja a 250.000 euros si es para restauración de edificios históricos o a la conversión de instalaciones industriales en viviendas. Se prohíbe el alquiler a corto plazo en plataformas como Airbnb.
Luxemburgo. No se da por invertir en vivienda pero un ciudadano de un país tercero puede solicitar un permiso de residencia si demuestra que va a invertir 500.000 euros en una empresa ya existente con sede en Luxemburgo, que debe mantener al menos cinco años, o esa misma cantidad en una empresa nueva que debe crear cinco puestos de trabajo en sus tres primeros años.
Holanda. Se da residencia temporal (tres años) si el solicitante tiene al menos 1,25 millones de euros y lo invierte en algún negocio neerlandés.
Tiene un sistema que evalúa si la inversión contribuye al sector privado neerlandés en áreas como empleo (al menos 10 puestos en 5 años) o innovación.
Desde su inicio en 2013 quedó excluida la compra de bienes inmuebles para tener ese tipo de visado.
Reino Unido. En 2022 se eliminó la Visa Tier 1, que permitía obtener residencia por invertir un mínimo de dos millones de libras (2,3 millones de euros), tras considerar el Gobierno que facilitaba la presencia de “personas que dependen de fondos que han sido obtenidos ilícitamente o que representan un riesgo de seguridad».
Le sustituyó la denominada visa Global Talent, que permite trabajar en el país siempre que la persona demuestre que es líder en tres áreas- académica e investigación, arte y cultura y tecnología digital. Si se concede permite residir en el Reino Unido durante cinco años, renovable indefinidamente.
Estados Unidos. Desde 1990 hay un visado que da residencia legal permanente a cambio de inversiones de capital o creación de empleo mediante una empresa establecida en el país.
Ahora se exige una inversión de capital de algo más de 1 millón de dólares (unos 921.000 euros) o de 800.000 dólares (unos 737.000 euros) en áreas de creación de empleo.
También se puede obtener con inversiones en una empresa que cree 10 puestos de trabajo a tiempo completo. Es una de las sendas más rápidas y eficaces para obtener una “tarjeta verde” que permite al solicitante residir, trabajar, estudiar o jubilarse en EE.UU.
Rusia. Desde 2023 puede obtener el permiso de residencia permanente un ciudadano extranjero que invierta grandes cantidades de dinero en la economía rusa, con condiciones.
Hay que invertir no menos de 15 millones de rublos (150.000 euros) en un proyecto social en tres años; pagar 4 millones de rublos (40.000 euros) en impuestos durante dos años por las actividades de una persona jurídica; invertir más de 30 millones de rublos (300.000 euros) en una compañía rusa o comprar un año antes de la solicitud una propiedad inmobiliaria por un mínimo de 25 millones de rublos (250.000 euros).