Hace algunos años se utilizó mucho la expresión inorgánicos para referirse a los fondos o recursos que se refutan como irreales, imaginarios, inexistentes o de mentira y yo, que no tengo ninguna preparación especial en estudios económicos, los calificaba de falsos porque decían que se trataba de dinero que se fabricaba o confeccionaba sin respaldo en las reservas del Banco Central.
Por esa misma línea de pensamiento creo que algunos partidos políticos pueden calificarse de inorgánicos, porque, en esencia no tienen militancia, no tienen locales, no tienen recursos ni estructura real para ser llamados agrupaciones políticas. Usando términos biológicos, son materia inerte, porque no tienen células, tejidos ni órganos.
Con el reconocimiento público del presidente Fernández de lo inapropiado de su re-postulación, se amplía la posibilidad de que Danilo Medina sea el candidato presidencial del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) para las próximas elecciones y, si se asume sinceridad en la expresión del presidente Fernández en el sentido de que respaldará con fervor al candidato de su partido, los dos millones de firmas que pedían su reelección serán puestos al servicio del candidato propuesto y, en buen lenguaje dominicano, se entendería que Danilo ganaría de calle o abrumadoramente las elecciones del 2012.
Sin embargo, hay un problemita y es que poca gente en nuestro país cree en la autenticidad de ese volumen de firmas, lo que significa que podría repetirse la historia del simbólico y anecdótico pichirrí de Danilo y el candidato Hipólito agarrándolo graciosamente frente a las cámaras de televisión, esta vez agregando cuentos y chistes sobre el regalo envenenado del presidente Fernández de una millonada de votos considerados como inorgánicos.