El legendario congresista federal Charlie Rangel volvió a ganar las elecciones primarias del Partido Demócrata por el Distrito 13 (Harlem) de la ciudad de Nueva York al senador estatal, de origen dominicano, Adriano Espaillat. El viejo Charlie, esta vez ganó por 1,828 votos, algo mejor que las primarias de hace dos años, que fueron por una diferencia de 1,100 votos.
Cualquier miembro ordinario de la Cámara de Representantes habría perdido si hubiese sido sometido a los ataques que soportó Charlie en esta campaña. El problema para su competidor es que Charlie no es un representante ordinario. Ha ganado 22 elecciones consecutivas. O sea, lleva 44 años en el Congreso. Los 435 miembros de la Cámara se eligen por un período de dos años, contrario a los senadores federales, que se eligen por un término de seis.
Muy hábilmente, se presentó como un aliado de Obama, sin tener siquiera el endoso del Presidente, y dijo que quería “terminar su carrera política junta con la del Presidente”. De hecho, Obama le había pedido dos años antes que se retirara “con dignidad” antes de optar en buscar la reelección. Se recuerda que el comité de ética de ese hemiciclo lo censuró por motivo de no reportar ciertos ingresos al fisco.
La verdad es que el viejo Charlie es una leyenda dentro del Partido Demócrata, es el decano de la delegación del Congreso de Nueva York.
Aún más, fue fundador del Caucus Negro del Congreso. Durante la guerra de Corea, por sus servicios al ejército de los EE.UU., obtuvo dos de las más altas condecoraciones que un soldado pueda recibir, la de Corazón Púrpura y la de Estrella de Bronce.´El viejo Charlie usó el “issue” de la raza en su campaña, el domingo antes de las votaciones asistió a cinco iglesias cuyos feligreses son de raza negra. En cada una dijo, refiriéndose a los republicanos:
“Esas personas llevan el odio en su corazón …..todos ellos provienen de los estados que utilizan los africanos como esclavos”, y continuó, “ todos ellos odiaban a Abe Lincoln, todos ellos piensan que la guerra civil no ha terminado”. Los afroamericanos respondieron y Charlie ganó ese sector.
Recuerdo que cuando llegué a vivir a Nueva York a finales de la década de los 50 del siglo pasado, Harlem era un barrio poblado por los afroamericanos, hoy en día, dos terceras partes son latinos (predominantemente dominicanos) y sólo una tercera parte es de la raza negra. El problema para Adriano es que los afroamericanos tienen tradición de votar, por lo menos en esa parte de la nación, y los latinos no.
Adriano Espaillat fue derrotado, pues se “perdió en lo claro”, como decimos aquí en Dominicana, los votos que le faltaron estaban aquí y no allá. El no contactar a Roque Rodríguez o María Elena O’Rourke a tiempo -presidente y vicepresidente de Democrats Abroad respectivamente en el país-, lo llevó al fracaso. El comité de Democrats Abroad es el brazo político del Partido Demócrata de los Estados Unidos en esta nación.
Ese comité es el que motiva a los estadounidenses registrados aquí a ejercer sus derechos al sufragio.
Ni más ni menos.
Hablé con Roque y me confirmó que “él cuantificó y cree tener 1,800 votos duros del distrito 13 de Nueva York”. Si Adriano hubiese empezado a registrar desde principio de año era posible llegar hasta 2,500 electores. Por ejemplo, en el partido estamos haciendo un esfuerzo para registrar 10,000 votos adicionales para la campaña del 2016, de esos nuevos votos, la mitad está en el estado de Nueva York, o sea, para la campaña de ese año, si es que Adriano se “pone inteligente” y se lanza por tercera vez, podría gestionar hasta 7,000 votos aquí. Ese número es casi una tercera parte de los votos que obtuvo ahora, que fueron un poco más de 22,000 votos.
Adriano optó en sus visitas al país por tomarse fotografías con líderes políticos importantes. Y uno se pregunta, ¿y cuántos votos le aportaron esos líderes locales? Adriano tendrá que entender -si es que quiere ganar- que en las elecciones primarias de Nueva York hay que contar con Democrats Abroad de la República Dominicana.
Adriano subestimó a Charlie Rangel, el viejo Charlie es un gigante en el Partido Demócrata de los Estados Unidos, es más, hasta el 2010, fue el presidente del comité de Ways and Means, que por cierto, fundado en 1788, es el comité más viejo del Congreso de los Estados Unidos. Es el comité que controla el presupuesto de la nación. Y en política, como en otras cosas de la vida, quien controla el dinero, controla, por lo general, las reglas del juego.
Dice con razón, un exasistente de Rangel, Bob Liff, “es que Charlie tiene una presencia histórica en esta ciudad”, para luego agregar, “él es más grande que la vida misma”.