Los XV Juegos Nacionales de 2020: otro gran desafío para el sector deportivo

Los XV Juegos Nacionales de 2020: otro gran desafío para el sector deportivo

Sin lugar a discusión la realización de los XIV Juegos Deportivos Hermanas Mirabal 2018, los catapulta como los más grandiosos en los anales de nuestro magno certamen, mereciendo con justicia por sus extraordinarios resultados, la denominación de Juegos de la Dignificación del Atleta, la Modernidad y la Inclusión.
La acertada decisión del Gobierno dominicano de rescatar el certamen y restaurar su imagen después de doce años de interrupción, constituyó la materialización de un gran reto, gracias al loable esfuerzo a través del Ministerio de Deportes y Recreación, liderado por su titular Danilo Díaz, con el respaldo del Comité Organizador, el Comité Olímpico, las federaciones deportivas, diversos organismos públicos, los comités zonales y el sector privado.
Hay que reconocer que el trayecto que culminó de manera exitosa por momentos estuvo tocado por ciertas peripecias y asuntos propios de todo evento multidisciplinario, lo cual fue superado con creces debido a la tenacidad y aplicación de un sistema de control y seguimiento. Las autoridades oficiales al proponerse el rescate del evento, también garantizaban su realización cada dos años como está consagrado legalmente.
De ahí que en el acto de clausura del pasado 16 de diciembre, el titular de la cartera, anunciara que las provincias Peravia, Azua y San José de Ocoa, fueron designadas mediante Decreto presidencial No. 447-18, como sedes conjuntas de la XV versión de los Juegos a celebrarse en 2020, superando de ese modo la aspiración de Santiago, que desde años atrás venía procurando dicho objetivo, y el de Hato Mayor y El Seibo, que conjuntamente buscaban obtener dicha sede.
La realización de los Juegos para el próximo año constituye un real desafío para la administración pública del deporte como para el sector deportivo organizado. En primer lugar hay que tomar en cuenta el factor tiempo; los pasados juegos por diversas razones pudieron ser montados finalmente en diciembre, el último mes del año, por lo que sería determinante el avance en la ejecución de los trabajos organizativos, contando con un sostenido apoyo logístico y financiero, pues igual que la anterior versión, está consignado en el programa de las Metas Presidenciales.
No se debe pasar por alto que los venideros Juegos están previstos efectuarse para un año electoral donde los poderes públicos y fácticos de la nación concentrarán su mayor atención en ese escrutinio, muy diferente al 2018, donde el acontecimiento deportivo no tuvo mayor distracción, coadyuvando a la unidad nacional a través de su carácter como eje transversal a la cohesión social, la confraternidad y la superación.
En vista de que las tres provincias pertenecientes a la Región Valdesia no disponen de un amplio y actualizado sistema de instalaciones deportivas, se requiere la necesaria inversión de fondos-sin gastos innecesarios- para cumplir con esa vital meta intermedia, un aspecto que fue clave por las facilidades y calidad de los escenarios de competiciones de los pasados juegos.
Si bien el Decreto presidencial 447-18 designa la próxima sede de los XV Juegos y el año de su celebración, el dispositivo no incluyó la conformación del Comité Organizador, aspecto fundamental para el inicio oficial de los trabajos, que se espera sea resuelto en breve.
Finalmente, hay que decir que uno de los grandes retos de los próximos Juegos, será superar los XIV Juegos Hermanas Mirabal, los cuales concitaron un impacto sin precedentes y marcaron una impronta por sus resultados competitivos y una serie de hitos por primera vez.
Pero siempre hay que atenerse a un pensamiento lapidario de Marco Aurelio: “Si una empresa resulta difícil de realizar, no pienses enseguida que es imposible”.

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