Lozano duda jóvenes protestas logren cambios

Lozano duda jóvenes protestas logren cambios

El pais.Almuerzo semanal del Grupo de Comunicaciones Corripio, con la señora Lety Melgen Investigadora Social, señor Wilfredo Lozano Sociólogo, Investigador Social y el señor Juan miguel Pérez Sociólogo. Hoy/ Pablo Matos 18/03/2020

La falta de organización de los grupos de jóvenes que se manifestaron en la Plaza de la Bandera por la suspensión de las elecciones municipales de febrero, y el peso de la cultura clientelar alrededor de los liderazgos tradicionales, impidieron que la indignación se revirtiera en un voto masivo en los posteriores comicios efectuados el pasado domingo 16 de este mes, según la percepción del sociólogo Wilfredo Lozano.
Asimismo planteó que los reclamos dirigidos por esos jóvenes demuestran que la política de hoy requiere otro lenguaje, pero duda que logren transformaciones institucionales “porque yo creo que estamos exagerando el peso del movimiento fugaz de la Plaza de la Bandera”.
“La fuerza de la cultura política es tan grande, que un movimiento interesante no pudo traducir eso en la formación de una voluntad colectiva alternativa y la abstención permaneció.
“Hubo indignación, los cacerolazos fueron efectivos, pero esos cacerolazos, estimulados por los jóvenes, no pudieron traducirse en una especie de alternativa de la voluntad política que llevara a la gente a votar masivamente”, expresó en el Almuerzo del Grupo de Comunicaciones Corripio.
Para Lozano eso revela que los gobiernos locales no despiertan interés en la ciudadanía, y que la indignación de los jóvenes anda en búsqueda de un esquema organizacional, y si no hay organización la cosa tiende a disolverse”.
Oídos sordos. La economista e investigadora social Lety Melgen cree que las movilizaciones de los jóvenes crearon una correlación de fuerzas entre la sociedad civil y el poder político, pero no un movimiento realmente estructurado.
En ese contexto planteó que, mientras los jóvenes exigían respuestas por las causas de las fallas del voto automatizado que se usaría en las elecciones de febrero, “los partidos políticos suavizaron el conflicto” en el diálogo del Consejo Económico y Social.
“Y evidentemente, lo que sucedió en la Plaza de la Bandera fue un desahogo, no fue un movimiento estructurado, un desahogo que viene a gritar por la coyuntura electoral y por la deuda social que se viene acumulando”.
En ese contexto Melguen afirma que los ciudadanos enfrentan una hegemonía muy fuerte: la sumisión.
Una lucha frivolizada. El sociólogo Juan Miguel Pérez consideró que las manifestaciones de febrero fueron la expresión del rechazo a un modelo político y de Gobierno, pero cuestionó que una especie de “farándula” se quisiera apropiar de esa voz.
“En Puerto Rico sucedió lo que sucedió porque encontró voz en una clase artística que le puso letras a una canción, muy contrario aquí, donde una especie de farándula quiso apropiarse de la voz que ya tenían los jóvenes y solamente les faltaba la música para andar”
“Los jóvenes que yo interpelo en la UASD, que son intelectuales del barrio y viven la historia social de la indignación, me dicen que no querían una tarima de espaldas a la Junta, sino que esos artistas marcharan con ellos, porque eso era lo que daría fuerza, y no que se desinflara todo a partir de un concierto”.

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