Por Arismendy Díaz Santana
El presidente Luis Abinader ha logrado avances cuantitativos en la salud y las pensiones, pero el proceso tiende a ralentizarse debido a que todavía no se han implementado las reformas establecidas en la Ley 87-01
Gestión exitosa de la pandemia: el mayor logro de la administración Abinader, reconocida a nivel mundial por la OMS.
Ampliación de los afiliados al SFS: del 70% al 97.8%, incorporando a más de 2.0 millones de dominicanos que carecían de seguro médico.
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Mayor acceso a tratamientos costosos: duplicación de la cobertura de las enfermedades catastróficas, beneficiando a cientos de miles de pacientes de escasos recursos.
Cero reformas cualitativas. No obstante estos avances cuantitativos, crecen los problemas e insatisfacciones debido a que la ampliación de la cobertura no ha estado acompañada de mejoras en la calidad, accesibilidad y sostenibilidad financiera del SFS.
Elevado gasto familiar de bolsillo. Pese a alcanzar prácticamente la universalidad, persiste un gasto familiar de bolsillo del 45% que reduce el poder adquisitivo de la población.
Bajos indicadores de salud. La mortalidad materno infantil y por accidentes de tránsito, constituyen un lastre, incompatible con el crecimiento sostenido de la economía nacional.
Aumento limitado y tradicional del presupuesto: incremento insuficiente del gasto en salud, manteniendo la asignación histórica a los hospitales y la contratación fija de los RRHH, sin control, supervisión, ni garantía de entrega de servicios suficientes, oportunos y de calidad.
Creciente inseguridad e insatisfacción. Según el PNUD el sistema de salud reproduce las desigualdades sociales, con servicios de menor calidad a la población más pobre. ADESA reveló que el 73% de los usuarios de los hospitales acude por extrema necesidad.
Ampliación de la brecha entre lo público y lo privado: a pesar de las promesas de cambios, la ausencia de las reformas del sistema acentúa las preferencias de la población por lo privado.
Aumento de las quejas y críticas por el trato desconsiderado en la mayoría de los hospitales, con largas filas, horarios limitados, falta de medicamentos, demoras en los procedimientos, deterioro de la infraestructura, paros y huelgas.
A pesar de los importantes avances en el sistema previsional, estos no serán suficientes para garantizar una pensión digna a más de dos millones de afiliados
También se han registrado importantes avances en el sistema de pensión. El patrimonio de los trabajadores continúa creciendo al ritmo previsto superando los 1.3 billones de pesos, con una rentabilidad real cercana al 5.0% anual.
Triplicación de la entrega de las herencias, a los familiares de los afiliados fallecidos como dispone la Ley 87-01.
Decenas de miles de afiliados han retornado al reparto. En reconocimiento de los derechos adquiridos.
Una reforma urgente para elevar las pensiones. No obstante, el sistema requiere de una reforma urgente para elevar la tasa de reemplazo del 25% al 70%, y triplicar las pensiones de los afiliados con cotizaciones insuficientes.
Bajas pensiones que empujan hacia la pobreza. En ocho años cerca de un millón de afiliados recibirán pensiones entre un 25% y 30% del salario, lo que generará mayor pobreza, grandes insatisfacciones y protestas de consecuencias imprevisibles.
Inicio del Régimen Contributivo Subsidiado. Los trabajadores por cuenta propia, el 55% de la PEA, están imposibilitados de aportar para su protección durante la vejez.
Comisiones elevadas de las AFP. El costo de administración es elevado debido a la falta de competencia que beneficie a los afiliados, entre otros factores.
El modelo de crecimiento cuantitativo ha agotado sus posibilidades. Las medidas que se intentan, sin tocar los problemas de fondo, carecen de trascendencia e impacto para la población. Alivian, pero no curan, acentuando las desigualdades sociales, las frustraciones y el riesgo de un retroceso social y político.
Con el debido respeto, nuestra Fundación invita al presidente Luis Abinader a una evaluación a la luz de sus promesas de cambios y reformas. Todavía hay tiempo para entregarle al país un sistema de seguridad social mucho más universal y de calidad que el recibido de las pasadas administraciones. Si así lo hiciere que Dios y el pueblo le reconozcan como el gran reformador. ADS/567/19/12/2024
PD: Le deseamos a todos nuestros lectores el pleno disfrute de estas fiestas de fin de año con mucha salud, lucidez y nuevos bríos para seguir impulsando las transformaciones necesarias, a fin de alcanzar un sistema de seguridad social más equitativo, equilibrado y sostenible para todos. Hasta la segunda semana de enero del 2025.