Lucha contra el VIH-SIDA: La verdad completa

Lucha contra el VIH-SIDA: La verdad completa

LUIS EMILIO MONTALVO ARZENO
El país recibió recientemente la visita del ex-presidente Clinton, el cual vino a apreciar los logros obtenidos por el COPRESIDA con apoyo, entre otras fuentes de financiamiento, de la Fundación Clinton.

El director de COPRESIDA declaró que es la primera visita que hace el presidente Clinton al país con la finalidad de apoyar personalmente la lucha contra el VIH/SIDA.

Creo que el doctor Salazar desconoce que ya el presidente Clinton visitó nuestro país para agradecer personalmente al presidente Hipólito Mejía y a mí la alianza que se había firmado con su Fundación. En esa ocasión se le invitó a un almuerzo íntimo en el Palacio Nacional.

Quiero que quede claro que el contacto primero que yo pude hacer con dicha Fundación fue gracias al enlace logrado por el ex cónsul en New York, señor Luis Eludys Pérez; el doctor Lantigua (médico personal de Peña Gómez) y el señor Antonio Torres. La gestión de ellos fue clave para lograr la primera visita del alto ejecutivo de la Fundación al país, el señor Ira Magazine.

La Fundación pudo apreciar en una serie de visitas de trabajo, que el COPRESIDA estaba sólidamente posesionado en la sociedad dominicana y ya contaba con los fondos del Banco Mundial, con una contrapartida responsable del Gobierno del presidente Mejía y con una ayuda en donación, que ya venía caminado, del Fondo Global de Ginebra.

En nuestros contactos en Naciones Unidas pudimos caer en  cuenta que la lucha contra el VIH/SIDA era ya uno de los temas más importantes en las llamadas metas del Milenio. Ya nosotros nos habíamos adelantado a la mayoría de los países de América Latina, creando una estructura fuerte y con fondos seguros para el futuro encaminados a garantizar el éxito de esa importante meta del Milenio.

Sería bueno repasar esos primeros pasos del COPRESIDA y recórdaselo a quienes actualmente están en pleno disfrute de esos fondos, que padecen de una amnesia de conveniencia.

Ya a mis 64 años he desarrollado la sofrosine de que hablaban los griegos para no alterarme de las ingratitudes de los humanos y de la falta de altura para reconocer las cosas y dar honor a quien honor merece.

Parece ser que este Gobierno lo ha inventado todo y que antes de él no había nada.

Realmente en el 2000 había muy poco en SIDA. Lo poco que había era un esfuerzo del sector no gubernamental y en 1998 se empezó a hacer un gran esfuerzo limitado al sector salud desde el DIGECITTS (cosa que siempre reconocí en público durante mi gestión). Fue determinante para ese esfuerzo el apoyo de la USAID.

Solamente el nuevo Gobierno del presidente Mejía fue capaz de abrir nuevos horizontes a la lucha contra la pandemia a través de la creación del COPRESIDA.

Ahí empecé con una lucha titánica identificando las potenciales fuentes de financiamiento internacional para arrancar. Iniciamos con un modesto préstamo del Banco Mundial (aprobado a unanimidad en el Senado y en la Cámara de Diputados, luego de cabildear yo mismo con cada uno de los legisladores, inclusive con el presidente Balaguer, con amigos del PLD como José Tomás Pérez y el doctor Clodomiro Chávez, que hizo posible las primeras acciones preventivas y de movilización de sectores no tradicionales hasta conseguir contactos claves con el presidente Clinton y con el Fondo Global de Ginebra. Estos amarres tomaron casi el período completo del presidente Mejía. Abrimos la puerta para que esos desembolsos se estén disfrutando en este Gobierno y para que se diga con jactancia que ahora es que se están haciendo cosas y que se están dando antirretrovirales a los pacientes que lo requieran. No obstante, nosotros amarramos el dinero, preparamos y entrenamos la gente para llevar a cabo el programa, se iniciaron las unidades en todo el país desde el punto de vista de planta física y creamos una RED de compromiso en sectores públicos y privados, que hasta ese momento entendían que el SIDA era un tema que concernía única y exclusivamente a la Secretaría de Salud Pública.

Para amarrar ese dinero, tanto el del Banco Mundial como las donaciones de las otras fuentes, creamos un sistema de control financiero con Naciones Unidas y la CERSS, que hacía imposible el robo y la corrupción. Durante ese tiempo nos lanzamos a una compañía internacional que despertaba la generosidad de nuevos donantes. En la Asamblea de Naciones Unidas del 2002 sobre Terrorismo lo han hecho. Hablamos en turnos seguidos de hombres como el presidente Bush, el presidente Chirac, Colin Powel y el señor Lage, de Cuba.

Allí le oímos decir a Colin Powel que el SIDA era peor que el terrorismo y peor que las armas de destrucción masiva para la seguridad, la estabilidad y la paz del mundo.

Allí iniciamos con las autoridades haitianas de entonces una serie de encuentros que tuvieron lugar luego tanto en Puerto Príncipe, Dajabón, Jimaní y Santo Domingo. Hablamos en varios foros dentro de la comunidad del Caribe, junto a los primeros ministros de países anglo-franco- parlantes.

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