CIUDAD GAZA (AP).– Mientras la tregua entre Fatá y Hamas parecía mantenerse ayer, miércoles, en la franja de Gaza luego de más de una semana de lucha interna, los residentes se mostraron furiosos con los milicianos y desalentados por el futuro.

La violencia podría estallar en cualquier momento, dijeron los residentes, pues se ha agudizado la rivalidad entre los seguidores del grupo fundamentalista islámico Hamas y los partidarios del moderado presidente Mahmud Abbas, de Fatá. Y tampoco parece existir una solución política a corto plazo.  La situación llegó al punto de que los hospitales no podían colocar heridos de diferentes facciones en la misma sala, por temor a enfrentamientos entre familiares. Las escuelas y las universidades de Gaza estaban cerradas, y milicianos custodiaban los ministerios de Hamas y la residencia y la oficina de Abbas.

«Me siento mal. Si voy a morir de esta manera, es muy estúpido … Hay personas estúpidas con armas, y nadie se preocupa por los civiles’’, dijo el abogado Iyad Alami, que trabaja en una organización de defensa de los derechos humanos.

Otros han dicho que la lucha entre facciones, que ha matado a 16 palestinos, entre ellos cinco civiles, en la última semana, es más difícil de soportar que los varios años de ataques israelíes.

«Creo que el bombardeo israelí es más fácil de tolerar’’, dijo Jaled Jatib, de 13 años. «Estamos acostumbrados a los bombardeos, y sabemos cual es el objetivo’’.

Pese al cese del fuego, milicianos de Hamas asesinaron el miércoles a dos policías palestinos leales al movimiento Fatá, horas después que ambas partes acordaron una nueva tregua.

Funcionarios de Fatá condenaron los asesinatos, pero dijeron que seguían comprometidos con la tregua, y ciudad Gaza continuaba tranquila a diferencia de las batallas campales libradas en las calles de la ciudad el día previo.  Sin embargo, centenares de personas causaron violentos disturbios en el funeral de los policías, planteando la posibilidad de que la lucha se reanude.