Luchan por el control del Congreso

Luchan por el control del Congreso

Los legisladores pro y anti gobierno han arrojado al país en una crisis institucional

Por Hal Weitzman
Ecuador se acercó más al caos político ayer con la probable creación de legislaturas pro y contra el gobierno, cada una reclamando legitimidad bajo la constitución.

La crisis institucional, que enfrenta las ramas principales del gobierno entre sí, subraya el frágil estado de la democracia en Ecuador, uno de los países políticamente más inestables de América del Sur.

Un órgano legislativo que incluye los legisladores que apoyan al presidente Rafael Corre se reunió protegido por una densa guardia en el Congreso.

El otro, compuesto por 57 legisladores de la oposición expulsados después de una lucha con la judicatura, se esperaba que se reuniera en el norte de Quito.

 “Si [los miembros que fueron sacados del Congreso] se reúnen en otra parte, será un órgano ilegítimo, porque esos legisladores fueron sancionados legalmente”, dijo Jorge Cevallos, el presidente del congreso, quien parece haber desplazado su lealtad del partido PRIAN de oposición.

La situación sigue a los resultados electorales del año pasado que entregaron la presidencia a Correa –un izquierdista radical decidido a poner en vigor una reforma política total– pero que le dieron el control del Congreso a sus rivales.

Correa ha convocado a un referéndum el 15 de abril sobre si convocará una asamblea para rescribir la constitución. Este mes, la legislatura trató de demorar la votación mediante la expulsión del jefe del tribunal electoral. El tribunal consideró la medida ilegal y despidió a los 57 miembros del Congreso que la respaldaron.

Cevallos dijo que, en su lugar, convocaría el congreso con diputados sustitutos, elegidos el año pasado en caso de que los miembros del Congreso tuvieran que ser reemplazados. “con los sustitutos tendremos quórum”, afirmó.

Si la oposición sigue adelante con su legislatura rival, el país se verá con dos congresos, y ambos podrán reclamar su legitimidad electoral y un quórum de no menos de 51 miembros.

La oposición cabildeó con los sustitutos y los instó a no acudir

al Congreso respaldado por el gobierno. La táctica pareció haber fracasado ayer, cuando 22 diputados sustitutos fueron llevados al Congreso con una escolta de cientos de policías armados.

Los políticos depuestos se negaron a delinear su estrategia, diciendo que temían ser atacados por activistas progubernamentales. Habían amenazado con tratar de nuevo de retomar sus asientos en el Congreso, una medida que resultó en violencia la semana pasada. En respuesta, el gobierno resultó en violencia la semana pasada. Como respuesta, el gobierno instaló cerca de 1,450 policías fuera del edificio.

Gloria Gallardo, uno de los más francos miembros de la oposición en el Congreso dijo que si Cevallos convocaba la legislatura con sustitutos respaldada por el gobierno, “será una caricatura, porque no será un control adecuado para el gobierno”. En una transmsión por radio la semana pasada, Correa atacó a los legisladores de la oposición. “Si a esos llamados `padres del país´ les queda algo de dignidad, deberían irse a sus casas tranquilamente y pedirle perdón al pueblo”, dijo.

La batalla de Correa con el Congreso es un juego. Por una parte, el órgano es muy impopular, con tasas de aprobación cerca de 13%, mientras que hay mucho apoyo para la reforma política. Por el otro lado, la legislatura ha depuesto a dos de los predecesores más recientes de Correa, y la oposición tiene experiencia y es tenaz.

Los críticos de Correa lo acusan de provocar la crisis para defender su popularidad antes del referéndum, y durante las elecciones que seguirían para la asamblea constituyente más adelante, este mismo año.

Correa habrá estado analizando las encuestas: su tasa de aprobación está cayendo a un ritmo de 2 puntos porcentuales por mes, de acuerdo con CEDATOS, una encuestadora.

Patrick Esteruelas, un analista del grupo Eurasia en Nueva Cork, observó que Correa saldría más fuerte del casi en el corto plazo, pero que podría haber “ramificaciones negativas a mediano y largo plazo”.

VERSION IVAN PEREZ CARRION

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