Luchar por la justicia global

Luchar por la justicia global

JOSÉ CARLOS GARCÍA FAJARDO
Irene Khan, secretaria general de Amnistía Internacional, prologa el Informe con un texto espléndido del que entresacamos algunas ideas por razones de espacio. “Si los gobiernos se sirven de los derechos humanos como un manto que se puede utilizar o desechar en función de intereses políticos –se pregunta -, ¿cabe confiar en la capacidad de la comunidad internacional de Estados para hacer realidad esa concepción? ¿Y qué puede hacer la comunidad internacional de ciudadanos para rescatar los derechos humanos de entre los escombros?”

Son muy grandes los desafíos a los que se enfrenta hoy el movimiento global en favor de los derechos humanos”, prosigue. “Como activistas, debemos afrontar la amenaza que representan los actos despiadados, crueles y criminales cometidos por individuos y grupos armados. Tenemos que resistir la reacción contra los derechos humanos producida por la aplicación resuelta de una doctrina de seguridad global que tiene al mundo profundamente dividido. Y debemos luchar para remediar la inoperancia de los gobiernos y de la comunidad internacional en el cumplimiento de las exigencias de justicia social y económica”.

”El programa de seguridad global divulgado por la administración estadounidense está falto de principios y desprovisto de perspectiva. La política de sacrificar los derechos humanos en nombre de la seguridad nacional, cerrar los ojos a los abusos en el resto del mundo y utilizar de forma preventiva la fuerza militar donde y cuando convenga no ha aumentado la seguridad ni garantizado la libertad.”

”Contemplemos la creciente rebelión en Irak, el caos cada vez mayor en Afganistán, la interminable espiral de violencia en Oriente Medio y Próximo, la avalancha de atentados suicidas en ciudades populosas de todo el mundo”.

”El uso de un doble lenguaje desacredita los derechos humanos, – continua la Secretaria General de AI -, pero es un fenómeno corriente. Estados Unidos y sus aliados aseguraron que hacían la guerra de Irak para proteger los derechos humanos; sin embargo, menoscabaron abiertamente los derechos humanos con el fin de ganar la “guerra contra el terror”. Quienes emprendieron la guerra de Irak afirmaron que lo hacían para reducir la amenaza de las armas de destrucción masiva, pero el mundo está lleno de armas convencionales y pequeñas que matan a más de medio millón de personas al año. Para empeorar las cosas, con el pretexto de librar la denominada “guerra contra el terror”, muchos países han relajado los controles de exportación de armas a gobiernos conocidos por su nefasto historial en materia de derechos humanos, como Colombia, Indonesia, Israel y Pakistán. Tanto en situaciones de guerra como de paz, el comercio incontrolado de armas representa un peligro mayor para todos nosotros”.

 “Según algunas fuentes, los países en desarrollo gastan en armas unos 22.000 millones de dólares estadounidenses al año, cuando, con 10.000 millones de dólares anuales, podrían disfrutar de educación primaria universal. Estas cifras esconden un enorme escándalo: la promesa fallida de luchar contra la pobreza extrema y reparar las flagrantes injusticias sociales y económicas”, – denuncia AI con todo rigor.

“Según algunos analistas, existe un peligro real de que el desvío de recursos y de la atención internacional hacia la “guerra contra el terror” impida lograr las metas establecidas por la ONU en los Objetivos de Desarrollo del Milenio, como la disminución de la mortalidad infantil y materna, el acceso de todos los niños a la educación primaria o la reducción a la mitad del número de personas que no disponen de agua potable”.

”Los pobres y marginados, que son a quienes se niega con mayor frecuencia el acceso a la justicia, serían los que se beneficiarían más de una aplicación justa de la ley y de los derechos humanos. (…) En la práctica no se presta la debida atención a los derechos económicos, sociales y culturales, con lo que los derechos humanos quedan reducidos a un planteamiento teórico para la gran mayoría de la población mundial”.

”En épocas de incertidumbre el mundo necesita luchar no sólo contra las amenazas globales, sino también por la justicia global. Los derechos humanos son un estandarte capaz de movilizar a personas de todo el mundo en favor de la justicia y de la verdad. Gracias al trabajo de miles de activistas en Latinoamérica, la opinión pública se está volviendo contra el imperio de la impunidad en la región. A pesar de la cruzada emprendida por Estados Unidos para menoscabar la justicia internacional y garantizar la inmunidad judicial de sus ciudadanos en todo el mundo, la Corte Penal Internacional ha nombrado ya un fiscal y ha empezado a trabajar a pleno rendimiento. Poco a poco, los tribunales estadounidenses y británicos han comenzado a examinar los intentos de sus gobiernos para restringir los derechos humanos en su “guerra contra el terror”.

“No hay comunidad internacional más fuerte que la sociedad civil global. Junto con sus miembros y aliados en el movimiento en favor de los derechos humanos, Amnistía Internacional se ha comprometido a reavivar y revitalizar la concepción de los derechos humanos como un poderoso instrumento en la consecución de cambios concretos. A través de las voces y perspectivas de millones de hombres y mujeres, llevaremos adelante el mensaje de los derechos humanos”,- concluye Irene Khan y desde el CCS nos unimos plenamente a este empeño. (Amanecer)

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