Definitivamente has hecho un buen viaje, el viaje del recuerdo de tu honesta memoria. Has elevado la dignidad de Tu Pueblo… y del “Sexto Continente con tu “Viaje” de Libertad, no sé si con “ira” o sin “ira”, me da igual. Lo que sí sé es que El Mundo y tu Pueblo. Los Emigrantes Dominicanos es hoy es más libre e independiente que ayer… y mucho más que el 13 de noviembre de 1992.

 Has desplazado a los mediocres de la historia de la democracia y de la Libertad con dignidad, a esos que se les rompen sus conciencias desde la insolidaridad, la cobardía y la mediocridad. Esos que han vivido y desean seguir viviendo en la historia como fieras sociales como dictadores de la libertad.

Los fanáticos personales y sociales nunca tendrán tu valor Lucrecia, tu coraje, tu amor, tu libertad, tu conciencia por luchar por lo que por humanidad y derecho te merecías.

 Los dictadores de la desigualdad no conseguirán jamás tener la sonrisa de Lucrecia, ni tu inocencia, ni  tu espíritu ni el coraje  ni el valor que te hizo llegar a Madrid recorriendo medio mundo  en busca de otro mundo posible mejor y más justo para tu hija Kenia Pérez, y no estoy hablando ahora de manos de derecha o de izquierda, estoy hablando de manos de mediocridad e ingratitud, de manos insensibles que desgraciadamente en todas las orillas se encuentran.

Hoy, todos nosotros aquí y allí, tanto en España como en tu país de origen la República Dominicana estamos obligados no solo a recordarle a la sociedad  la fechas  de tu vil asesinato por las “Mafias del Pensamiento”, todas las mujeres y hombres de bien del mundo en general tenemos la obligación de hacer posible el cambio y la revolución de las conciencias, para todos los que aquí estamos recordando la barbarie y la desgracia 20 años después de tu asesinato ha marcado un antes y un después en la lucha por la dignidad de todos. Cada una y uno  de los dominicanos  en uno y otro lugar del Océano tienen la obligación de perdonar a los criminales que segaron tu joven vida por  bondad y rechazo al odio.. Pero jamás de olvidar y menos aún dejar de  luchar contra todo lo que pueda hacer repetir la miseria de la xenofobia y la desigualdad de los hombres y mujeres del mundo… Y más aún  de “nuestro Sexto Continente.

 Desde todos los frentes y  en el ejercicio de nuestra libertad, desde la rebeldía de las conciencias  junto a tu propia rebeldía Lucrecia… no  nos da la gana, no me da la gana de ceder ni permitir avanzar  a las dictaduras de  las ideas y el pensamiento único, venga de donde venga….. nadie… jamás nadie tal como  me  enseñase mi amigo José Francisco Peña Gómez podrán hacer posible que me doble  y menos aún que me doblen…, como consecuencia manifiesto sin embargo que me chorrea el orgullo por todo mi cuerpo “externo e interno” de sentirme dominicano, de sentirme hermano e igual en todo, absolutamente en todo a la compañera Lucrecia Pérez Matos y que  todas las Lucrecia del mundo.

Te asesinaron por vivir ya hace 20 años como víctima de un “desahucio” y gobernaban otras siglas políticas los socialistas del presidente González que tanto gusta al capitalismo de tu país, en España los sindicatos eran fuertes, muy poderosos… y tampoco como ahora 20 años después se movilizaron en contra de la desigualdad, si para defender  sus privilegios, no para ti Lucrecia, ni para los inmigrantes  ni para el pueblo.

Hoy puedo gritar a todos los que me quieran oír que jamás nadie, nunca. La Libertad y la Independencia de la que hacemos gala los que hoy estamos rindiendo homenaje a nuestra compañera Lucrecia solo por solidaridad y coherencia a nuestros principios lucharemos en su nombre y en el de muchos mártires más, seguiremos trabajando, yo te lo juro.., por- que  todos los dominicanos y dominicanas sean libres e independientes a   través de cientos de viajes  en la lucha por la libertad, la igualdad  y la verdad.. desde su independencia, y desde ese posicionamiento seguiremos luchando  contra los que no lo son ni lo serán nunca fruto de su egoísmo e intereses personales… “barro” de miseria humana y mediocridad.

 Hoy sería un buen día para “morir” con Lucrecia,  pero también es un buen día para seguir adelante, sólo por la razón de poder en el camino tener la oportunidad de encontrarte con la dignidad  y el valor de la compañera Lucrecia, con su conciencia, con su dignidad, con los suficientes valores humanos  por los que merezca la pena mantener la lucha en los diferentes frentes e incluso en más si fuese el caso. De ninguna de las maneras los mediocres, vengan de donde vengan, nos moverán, sólo porque sabemos con certeza matemática que jamás podrán aportar a nuestras vidas la independencia y la conciencia social colectiva que nos haga mantener la memoria de la lucha por la Justicia Social… no podrán aportarnos jamás el valor, la sensibilidad, la dignidad y la razón sin miedo como demostró tener Lucrecia con el fin de que podamos llegar a término la Revolución de las conciencias necesarias  para las conquistas de Libertad e Igualdad de todas las mujeres y hombres de la República Dominicana y del mundo en general, con el único fin de que Otro Mundo sea Posible.