POR ELLEN LIMAN
En la actualidad hay muy pocos hogares, incluyendo aquellos de mayores recursos, donde los padres no se vean forzados a adaptar sus casas ante la llegada de un nuevo bebé, sea el primero o el quinto. No importa si el bebé vivirá en una casa grande o en un apartamento compacto. Es imperativo aprovechar al máximo el espacio disponible, y aún aquellos que tienen espacio adicional, no quieren que el bebé invada toda su casa.

Por consiguiente, el primer desafío tratado en esta sección es encontrar y luego planear un lugar funcional para el cuarto del bebé.

DONDE PONERLO

Encontrar un espacio no utilizado o poco utilizado para el bebé es como jugar a las sillas musicales. Es una cuestión de rotación y reorganización. Otros cuartos deben ser diseñados para funcionar a toda hora y ser adaptables para más de un uso. Por eso, como primer paso, olvídate de los nombres que inhiben el uso del comedor, sala de estar o family room. Luego piensa en la ubicación y en la rivalidad entre hermanos: ¿quién necesida mayor espacio y privacidad? ¿El bebé, otros niños, tú? ¿Quién será desplazado y cómo reaccionará? ¿Deberías dejarles tu cuarto?

Ciertos espacios vacíos que no son buenos para el bebé, como un desván (demasiado alto, sin embargo debajo del desván puede funcionar bien), un garage o ático (demasiado lejos), un sótano o un portal (demasiado húmedo), un pasillo (demasiado tráfico), pueden ser desarrollados para liberar otra área más apropiada para un bebé. En otras palabras, si el bebé se va a mudar al estudio o escritorio (den), puedes crear un nuevo estudio en un rincón de la cocina o en un patio o portal cerrado.

Las reglas convencionales tendrán que ceder y habrá algunos intercambios. Debido a las limitaciones de espacio, quizás tendrás que atender a tus invitados durante la noche en la mesa del comedor. Entonces el bebé puede ocupar todo o parte del living o la sala principal, compartiendo el espacio contigo durante el día.

Si ahora o en el futuro más de un niño compartirá el cuarto del bebé, considera darles tu dormitorio principal para que tengan más espacio para jugar, algo tan necesario para niños pequeños. Más adelante lo puedes dividir en dos cuartos para niños más grandes.

El lugar para los padres no tiene que estar totalmente cerrado en esta etapa y tiene sentido que el bebé y su «desorden» sean escondidos a puerta cerrada en un cuarto, aunque sea el único de la casa. Después de todo, los adultos pueden ocupar el resto de la casa y dormir en el comedor en forma de L o en un rincón del living.

En un comienzo, usa un rincón del estudio o del living para el recién nacido. Luego, cuando el bebé es lo suficientemente grande para mudarse con un hermano, dále lugar para jugar durante el día al hermano mayor en el estudio, ahora desocupado, agregando espacio de almacenaje escondido para juguetes. Asegúrate que las superficies (piso, parte superior de los muebles) y los tapizados sean lavables.

Un bebé necesita un lugar de tiempo completo, pero las visitas ocasionales no. Pon un sofá cama en el living para ellos y dále el cuarto de visitas al bebé.

Arma un espacio de juego secundario cerca de tí, poniendo algunos estantes bajos para almacenaje de juguetes en un rincón de la cocina o en el escritorio y dále a tu niño su propia mesa y silla pequeñita lo suficientemente liviana y portátil para que la lleve de un lugar a otro.

Ellen Liman es decoradora profesional, pintora y autora del libro de decoración infantil «Baby Space», que ya está en su segunda edición en los Estados Unidos.