Lugo recuperado luego mal inicio

Lugo recuperado luego mal inicio

ESPN.com.- Todo el mundo en estos dias o es un experto autoprofesado, o se encuentra de mal humor, lo que lo hace más difícil si es un beisbolista en una rutina. Dejar las bases llenas, o lanzarle un slider a A-Rod, podría causar que un columnista de un periódico, un escritor de blogs o un oyente de un programa de radio salga retando tu masculinidad, tu competencia o tu razón para existir

Afortunadamente, la longitud de una temporada de béisbol provee para que las lesiones sanen, y las mentes fracturadas se arreglen. Y uno nunca sabe cuando el camino del regreso comience — con un viaje a la lista de lesionados, una conversación con un compañero, un ajuste mecánico, o alguna otra cosa.

Pat Burrell, Filis

Temprano en el mes de julio, el diario Philadelphia Inquirer publicó una historia sobre Burrell con el titular «El Error de los $50 Millones.»

Fue difícil disputar la premisa: Burrell había fallado en hacer el equipo de Todos Estrellas por octava temporada consecutiva, y su promedio de slugging era un mísero .368. 

Desconocido para los Filis, el «buen» Pat Burrell estaba a punto de hacer su aparición. Desde el 2 de julio, Burrell batea para .375 y lidera las mayores con porcentaje de embase de .488.

Jeff Weaver, Marineros

Weaver fue la encarnación de todo lo malo en el primer mes como un Marinero. Tuvo récord de 0-6 con efectividad de 14.32 en seis salidas, y Seattle fue superado en carreraje 54-13 en esos juegos.

Weaver ha sido un hombre diferente desde su regreso. Ha conseguido mejor extensión, lo que le da a su bola rápida de dos costuras más agarre y a sus lanzamientos rompientes más curva. Además tiene mejor velocidad en su brazo, lo que le da mejor potencia a su cambio. Tiene marca de 5-4 con efectividad de 3.30 en sus últimas 13 salidas.

Bobby Abreu, Yankees

Abreu estaba bateando para apenas .234 el 1 de junio cuando el diario New York Daily News citó un escucha de forma anónima que se refería a él como un «pedazo de basura.» Imaginense la fraseología que ese mismo escucha le podría aplicar a Carl Pavano.

Justo o no, Abreu no fue él durante la primera mitad. De forma inusual, expandió su zona de strike, teniendo una racha de 61 apariciones en el plato sin lograr base por bolas (el total más alto de su carrera), y el mánager Joe Torre le dió una llamada de atención al colocarlo octavo en el orden al bate.

Abreu ha bateado .328 desde junio, gracías a la selectividad y su regreso a las cosas básicas. Dejó de estar inventando en el plato, según dijo un escucha, y ha hecho mejor trabajo manteniendose en la bola y bateandola hacia el medio.

Julio Lugo, Medias Rojas

Podría ser fácil catalogar a Lugo bajo la etiqueta de instaurada por Edgar Renteria de «no estar emocionalmente preparado para jugar en Boston» cuando bajó su promedio a .191. En cambio, el mánager Terry Francona lo envió a la banca para un respiro, y Lugo respondió como un hombre liberado de una carga emocional.

Lugo batea para .338 desde el Juego de Estrellas, y de acuerdo a un escucha, está controlando mejor sus turnos, y trabajando mejor sus conteos en vez de simplemente «dejar que vuele la pelota.» Además lidera a los campocortos de la Americana en bases robadas con 27.

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