El candidato presidencial de la UDC, Luis Acosta Moreta (El Gallo), dijo hoy que los dominicanos de a pie lo que necesitan es que se rebajen y controlen los precios de los comestibles de primera necesidad, y que se deje el paquetazo fiscal para ser aplicado a las ganancias del gran capital.

Luis “El Gallo”, presidente de la Unión Demócrata Cristiana –UDC- manifestó que si los pobres estàn pasando hambre, tienen problemas de asistencia mèdica y carecen de empleos, nadie puede pensar que sobre sus hombros debe descansar el paquetazo fiscal.

Propuso que se grave la ganancia del gran capital, de los empresarios que en ocasiones lucen desalmados y que el mínimo cargo lo hagan recaer sobre los consumidores.

La supervisión de las autoridades, añadió, debe ser para que aquellos empresarios que están en los niveles de la macroeconomía, paguen más impuestos de acuerdo a su ganancia y beneficios.

Pero no se puede poner diez pesos de impuestos a un pobretón que en una cafetería compra un vaso de café con leche, para mal desayunarse, por 35 pesos, como pasa  en cafeterías de cadenas de supermercados.

Recordó que en muchas ocasiones se han generado impuestos que deben ser grabados a las ganancias y los bienes suntuarios, pero los empresarios se las ingenian y llevan a  caer los cargos en los consumidores.

Eso genera aumentos en productos que son considerados de primera necesidad, y en algunos servicios, que ni ligeramente son afectados por las cargas impositivas dirigidas a los beneficios.

Enfatizó que hoy de lo que se trata, para beneficio de los pobres es que se congelen los precios de los alimentos básicos que integran la canasta familiar, para que no se de con ellos la especulación y el agiotismo.

 Advirtió que hay muchos empresarios e industriales que aumentaron los precios de muchos de sus productos, desde el momento en que se produjo el reajuste para los salarios mínimos.

Dijo que estas desavenencias económicas está creando una amplia distorsión de la economía popular, donde parece que para muchos  inversionistas los pobres son carne de cementerio y no les preocupa su suerte.

Alertó de que si no se generan programas de bienestar social para los más necesitados, en el país aumentarán las disconformidades sociales, que es un mal que puede terminar en estallidos populares.

Hay que tener mesura en aplicar impuestos, pero también los empresarios deben abandonar su vieja práctica de ser agentes del agiotismo y la especulación.