El Partido Unión Demócrata Cristiana (UDC) advirtió hoy que los nuevos pleitos intestinos entre los jueces y juezas de la Junta Central Electoral, lleva a los magistrados por una senda donde pueden perder la credibilidad y la ecuanimidad para dirigir el proceso electoral del 16 de mayo.

Luis Acosta Moreta, Luis El Gallo, presidente de la UDC, demandó hoy que de inmediato el Presidente de la JCE ejerza la autoridad institucional de que está investido, y ponga fin a las luchas internas en ese tribunal colegiado.

Afirmó que estando el país a tres semanas de celebrar las elecciones congresuales y municipales, es una falta de respeto al pueblo y a las instituciones, que sean los mismos jueces electorales los que se estan descalificando, y restando credibilidad ante los electores.

El candidato a alcalde en el Distrito Nacional en el número 8 de la boleta de la UDC- Dijo temer que se esté ante una maniobra de determinadas sectores que ante la eventualidad del descrédito de los jueces electorales, podrían llamar a una comisión de notables a hacerse cargo del proceso la noche de las votaciones.

El país, dijo Acosta Moreta, no quiere a notables dirigiendo el proceso electoral, no quiere agentes providenciales al frente del conteo de los votos, sino a los jueces del organismo que fueron constitucionalmente ordenados para esa posición.

Ser juez de la JCE no es participar en un concurso de popularidad, de belleza, o de egos, sino dirigir el proceso mediante el cual los dominicanos escogerán el 16 de mayo a sus autoridades congresuales y municipales.

Lamentó que a diario se reflejen en la prensa los enfrentamientos e insultos entre jueces electorales, los que da el olor de que hay varios que están trabajando para ceder sus sillones a una comisión de notables, en la etapa crítica de las elecciones.

El presidente de la JCE debe actuar con toda la responsabilidad posible, y aplicar el orden en el organismo. En la JCE hay jueces o juezas que se creen dueños absolutos del pensamiento y de la verdad, y es oportuno recordarles, que los jueces, en cualquier instancia, están para aplicar justicia, y hablan por sentencia.