El resultado de las pasadas primarias en donde salieron ganadores Luis Abinader con 74.05% de   382,294 personas que  votaran en su proceso cerrado en el Partido Revolucionario Moderno (PRM) y Gonzalo Castillo con el 48.70% de 1, 870,103  en un padrón abierto en el  Partido de la Liberación Dominicana (PLD).

Si nos vamos a los porcentajes de acuerdo al universo de los dos padrones en el PRM votaron el  29.49%  de los inscritos y en el PLD sufragaron el 25.22% lo que indica que los convocados a vota por el partido opositor atendieron más al llamado.

Sumado la división del PLD que se sumergió después de este proceso, la crisis más  profunda de su historia, donde el presidente de esa entidad, Leonel Fernández no reconoce el triunfo de  Gonzalo.

Esta grave situación sin precedentes, que se plantea ahora en el PLD, aleja aún más las posibilidades de recomponer la resquebrajada unidad interna en el partido gobernante, y deja flotando las dudas sobre su permanencia en el poder más allá de las elecciones de 2020.

En contario Luis Abinader que ha venido demostrando su preparación para gobernar al país, hoy luce compacto ante el electorado de su partido que dio muestra de que quiere un cambio, y con una amplia simpatía en voto nacional. Otra cosa que fortalece al PRM, lo muestra la actitud asumida por el expresidente Hipólito Mejía de reconocer la victoria de Abinader y su llamado de fortalecer más la unidad partidaria.

La crisis del PLD, que parece irreversible, debe ser aprovechada por el opositor PRM que tiene que emplearse a fondo para conquistar no solo a los peledeístas, sino a los indecisos.

El rol del PRM ante el pasado proceso lo fortalece, y el poco rechazo del candidato presidencial Luis Abinader lo coloca en el carril del centro para ser electo en mayo del 2020.

La fortaleza de Luis debe unificar los demás partidos de oposición en torno a su figura que garantice el cambio de gobierno con su nueva plataforma de gobernar.