La incuestionable y abrumadora victoria del licenciado Luis Abinader sobre el expresidente Hipólito Mejía en la convención interna del Partido Revolucionario Moderno, contrario a lo que algunos esperaban, pone a disposición de los sectores políticos partidistas y no partidistas, una figura que por carecer de historia política-administrativa que auscultar y cuestionar, pudiera convertirse en el catalizador de la ira antipeledeísta, eclipsada gracias al Gobierno que ha venido realizando el presidente Danilo Medina y a la expectativa que mantiene más del ochenta por ciento de la población que anhela su reelección presidencial.
Sin Danilo Medina en la boleta presidencial del Partido de la Liberación Dominicana, Luis Abinader es una amenaza real para que esa organización política continúe gobernando, pues la inteligencia política hace inferir que indudablemente el PLD continuaría dirigiendo el Poder Legislativo y, por vía de consecuencia, los órganos que surgen de decisiones parlamentarias, pero en esta ocasión con personas afines al presidente Medina.
La oposición de algunos legisladores a la decisión del Comité Político de reintroducir la reelección de manera consecutiva ha generado gran malestar en sectores internos del PLD que ven en riesgo uno de los mayores activos de esa organización, la disciplina. ¿O es que a caso ignoran esos congresistas lo que opina el pueblo dominicano en las encuestas sobre el presidente Medina y sobre el anterior presidente de la República y actual presidente del PLD?
¿Ignoran también esos legisladores que enviar a Danilo Medina para su casa con más del ochenta por ciento de aceptación, pudiera significar la pérdida del poder para el PLD? pues también se aplica a la política la sentencia newtoniana que ante toda acción debemos esperar una reacción, pero en sentido contrario.