Las alzas en los precios de los combustibles, la cotización del dólar que ya sobrepasa la barrera de RD$50.00 x uno, pero también los aumentos desmedidos por parte de los comerciantes de los artículos de primera necesidad, la falta de autoridad para enfrentar con energía esta situación, están creando las condiciones para que los pobres, no solo sean más pobres, sino para que haya más pobres.

Desde el pasado sábado el precio del galón de la gasolina premium cuesta RD$92.40, el de la regular RD$83.95 y el gasoil RD$66.05. El dólar ya pasó la barrera del RD$50.00 x uno, con el agravante de que no aparece.

Obviamente esta realidad económica crea una situación sumamente difícil para la población dominicana, sobre todo a la clase media y a los pobres. Esta crisis económica está contribuyendo a que la clase media desaparezca, y por ende, se convierte en clase pobre, y los pobres a que sean más pobres.

No podemos olvidar que las alzas en los precios de la gasolina, el gasoil y en la prima del dólar, provocan de inmediato alzas en todos los bienes y servicios que demanda la población. Las cifras oficiales hablan de que la inflación en el 2003 fue de 42.66%. Pero todos sabemos que la inflación (las alzas en los precios de lo que compramos) es mayor. Solo hay que ir a un supermercado y/o a un colmado, para ver si la inflación es en la proporción que dicen las cifras oficiales.

Pero lo grave de todo esto es que uno no ve un accionar firme del gobierno, para detener estas alzas. Da la sensación de que los agentes del mercado están por su cuenta, aprovechando la inoperancia del gobierno. Es como si no existiera autoridades capaces de frenar esta situación.

Es verdad que ha habido factores externos, como la guerra de Irak, los aumentos en los precios del petróleo, la crisis económica en los mismos Estados Unidos, que han influido en lo que hoy vivimos en la República Dominicana en materia económica. Pero también es verdad que hay factores internos, que han servido como leña para aumentar el fuego. De esos factores internos pudiéramos mencionar el desorden bancarios(tres bancos quebrados), la falta de confianza en los agentes económicos y en la población, la ausencia de políticas claras, precisas y concisas por parte de las autoridades, la especulación (siempre unos cuantos se aprovechan de esta situación para aumentar sus riquezas) y la timidez del gobierno a la hora de enfrentar la crisis como tal.

Desgraciadamente para la población lo que importa son los resultados finales. Y los resultados finales son que cada semana hay aumento en los precios de los bienes y servicios demandados por la población, que los pobres son cada vez más pobres y que la clase media va desapareciendo aceleradamente.

La población vive momentos de incertidumbre, porque observa que sus autoridades no tienen respuestas reales que detengan esta hemorragia en la economía dominicana. ¡Y uno se pregunta! ¿Si esta hemorragia no se detiene, qué va a pasar en nuestro país en el orden social? ¿Simplemente ver con impotencia el aumento de la línea de la pobreza?