POR FRANKLIN MIRABAL
QUEENS, Nueva York.- Luis Castillo y los Metros estaban destinados a unirse para bailar en una gran fiesta. Pero como nada es perfecto, el baile de Castillo en Nueva York no ha sido tan perfecto como él lo esperaba.
Y no es que no esté rindiendo. No, el hombre está produciendo, pero a un costo tan alto que a veces le dan ganas de llorar.
«Me he pasado todo el año con una terrible molestia en la rodilla derecha. Eso ha evitado que juegue como puedo. Para un jugador como yo que me entrego y quiere que mi equipo gane, eso es una tragedia», dijo Castillo.
Reveló que hay días en los que sabe que su equipo lo necesita y no puede jugar, y se le aguan los ojos, porque no quiere estar en el banco.
La lesión no es tan grave, pero sí molestosa y es el producto de jugar en estadios de grama artificial.
Castillo dice que hay dos opciones para resolver ese problema. El primero, la operación, en el otro, descanso y un programa especial de rehabilitación.
Si no funciona en un caso, apelará a la operación porque un jugador de su entrega, no puede estar con limitaciones.
Será agente libre
Luis Castillo sabe que será agente libre, pero en este momento lo menos que puede pensar es en eso.
Aquí lo primero es que podamos finalmente clasificar. Seguro que mi rodilla me deja jugar, y en tercer plano, entonces estaría hablar de un nuevo contrato, dijo Castillo.
Sí dice que siempre le agradó la ciudad de nueva York y que por la presencia de tantos hispanos le gustaría seguir con los Metros. La gerencia no le ha dicho nada, pero él sabe que si está saludable todavía puede ser uno de los mejores intermedistas de las Grandes Ligas.
Sigue sin entender cambio
Castillo está feliz con los Metros, pero todavía sigue sin entender por qué los Mellizos lo cambiaron.
Al momento de la transacción, los Mellizos estaban a cinco partidos de la pelea, contrario a un par de años atrás, en el que esa misma fecha tenían una desventaja de 10 partidos y pudieron hacer el regreso en su división.
«Yo realmente no esperaba ese cambio. Quizás no había planes conmigo para después de la campaña y por eso me dejaron ir», dijo Castillo.
Naturalmente, un jugador de su nivel, con las tantas cosas que puede hacer, no es fácil dejarlo partir.